Y el oso campa a su aire

Teresa Ribera Rodríguez, es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, diplomada en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Constitucionales, pertenece al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, es Vicepresidenta cuarta del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, como se ve en su currículo, una experta (como todas las que se sientan en el Consejo de Ministros del Gobierno de Sánchez) en conservación de la fauna y la vida animal.

Ministra Teresa Ribera

La señora Ribera, ante la posibilidad de tener que presentarse ante los tribunales y en el Congreso de los Diputados por no defender como dios manda a la fauna autóctona nacional, se lio la manta a la cabeza y empezó a dictar y dictar leyes sobre el medio animal y sus habitantes, fueron tantas y tan variadas que olvido, en ellas, que un animal no es un ser humano y pero ella les dio idéntico rango a los anímale que a las personas.
Así paso lo que paso. En Asturias el oso y el lobo se hicieron fuertes.
En una carretera comarcal de Sonande (Cangas del Narcea, Asturias) el domingo al atardecer una mujer de 75 años fue atacada por un oso. La agresión le provoco un desgarro en la cara y la rotura de la cadera debido a la caída.
Según la lógica de la Ministra, toda, absolutamente toda la culpa, la tuvo la señora. ¿Cómo se le ocurre pasear de noche y enfrentarse a un oso hambriento?
Pero hay más.

Efectivos de la Dirección General del Medio Natural y Planificación Rural de la Consejería de Medio Rural activaron un operativo de recogida y análisis de los restos de un oso pardo cantábrico descubiertos a primera hora de la tarde de ayer en Somiedo. Este oso joven pudo ser depredado por otro mayor durante una disputa por la posesión de una hembra en celo. Con lo cual se entra en la violencia de género y en la persecución, captura, encierro y juicio del oso asesino, según indica la normativa ministerial

Dos agentes de Medio Natural con el oso muerto. | Medio Rural

Según fuentes ministeriales, pese a que la población de plantígrados en Asturias ha subido en más del 200%, sigue estando en peligro de extinción y es más preferible, que ataquen a lugareños, destrocen cosechas, acaben con enjambres y devoren parte de la cabaña ganadera que mantenerlos fuera de los entornos urbanos .
Se está volviendo, por un desconocimiento total y absoluto de las autoridades, aquella antigua norma del “Quien contamina paga”, afortunadamente ya superada. Lo que hay que hacer es “No contaminar”
En este caso estamos en lo mismo. "No hay pagar los destrozos y las muertes causadas, hay que evitar que se produzcan" y eso es responsabilidad total y absoluta del Gobierno, siendo el quien debe solucionarlo.