miércoles, 19 de diciembre de 2018

Cara y cruz

Hace casi cinco años que vivo en una casa situada sobre el linde norte de la Plaza Kike Gómez Haces, en Ciudad Naranco.
Con la vista inferior desayuno, trabajo, leo, almuerzo y veo la televisión. Desde que llegue, proveniente de Ventanielles,  hubo un aspecto que llamo poderosamente mi atención.  Una medio plaza, así la nomino, debe ser propiedad privada y el resto municipal, está última, más limpia y bruñida que los chorros del oro y el resto  semejante a un espacio descuidado en el que se amontonan escombros y la vegetación salvaje campa a su aire.
Cada amanecer, mientras veo el telediario de las ocho, una veintena de operarios oficiales cortan, siegan, barren y retiran los escombros. Siempre me pareció curioso. Mi señora esposa, costumbrista y muy de derechas, lo achaca a la existencia en el barrio de algún preboste municipal, tal vez el jefe de los servicios de jardines, la realidad es que una cuadrilla mixta de unas doce personas, con sus correspondientes segadoras, volquetes y recogedores  laboran, he de confesarlo,  con un interés fuera de lo normal porque este parquecito, este como una patena y eso que en los días malos apenas si lo cruzan veinte personas.
Al lado, el solar privado, al margen de romper la estética urbanística, que imagino será preciosa el día que el parque se complete,  es un solar feo y totalmente cubierto de vegetación. Nadie lo cuida y desde la altura de mis ventanas  es la cruz del parque municipal cuidado. Que digo, excesivamente cuidado.
Tenía que pasar, repetía mi esposa entre sorbo y sorbo de café. ”Lo dije “seguía diciendo  “Algún día sucederá una desgracia”, “Nadie lo limpia y eso es un nido de ratas, fíjate que ni hay gatos por la zona, alguien se las comerá”
El Dios misericordioso que nos protege le dio la razón. Apareció una víbora, mordió a un pastor alemán y el perro murió en cuatro días. Pudo haber sido un niño, alguno de los viejecitos que toman el sol en sus bancos, un repartidor de correos o uno de los muchos operarios municipales que cuidan la parte noble del parque (nunca un gato pues deben habérselos comido a todos).
No ha habido manifestaciones, algaradas ni pancartas, murió un perro y aquí se acabó la historia.
Yo sigo preguntándome por qué medio espacio esta cuidado y el otro no y cuál es la razón que este medio espacio tenga un trato de favor tan exquisito, mientras que a su lado proliferan las víboras.
Algo tendrían que decir los chicos del Tripartito o es que solo se dedican a preparar las próximas elecciones de Mayo.

martes, 18 de diciembre de 2018

Hasta el Principado falla y paga

“El Principado, condenado a pagar 7,5 veces más por los daños de un oso a un rebaño
Usaga cree que el fallo, que fija 9.000 euros de indemnización, marca «un antes y un después» en cómo abordar los ataques de la fauna salvaje
Fernando Marrón muestra, a las puertas del juzgado, los daños sufridos por un animal. Detrás, los ganaderos afectados. / MARIO ROJAS
El Principado deberá pagar casi 9.000 euros a un ganadero que sufrió numerosos daños en su cabaña de ovejas xaldas por dos ataques de un oso en 2017. Se trata de 7,5 veces más que lo que habían valorado las autoridades regionales, que habían fijado en menos de 900 euros esos daños. Así lo refleja una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo dada a conocer ayer por el sindicato Usaga, cuyo coordinador, Fernando Marrón, indicó que «marca un antes y un después en los daños de fauna salvaje. Es un comienzo para empezar a cambiar las cosas».
No cabe recurso contra esta sentencia y, según explicó Marrón, «incluye lo que pedíamos». «El juez reconoce el lucro cesante, los corderos que esta familia dejó de vender por culpa del ataque del oso e, incluso, se tienen en cuenta los daños en el cercado y en la instalación». La afectada es una familia de Caldevilla de Rengos (Cangas del Narcea), que en el ataque perdió diez ovejas, mientras que el estrés sufrido por el resto del rebaño ocasionó que muchas hembras perdieran las crías que esperaban o no quedaran preñadas desde entonces.
Este fallo judicial abre un precedente, por lo que Usaga cree que la Administración regional deberá tomar alguna decisión ya que, «si ya no podían hacer frente a los pagos según los baremos actuales, difícilmente podrán hacerlo a los posibles fallos judiciales». Y es que esperan que sean numerosas las demandas que presenten los ganaderos al conocer el resultado de esta sentencia. Es más, Fernando Marrón informó de que ya hay más reclamaciones preparadas para ser trasladadas al juzgado.
«Producir con calidad»

De todas formas, el coordinador de Usaga manifestó que «ni por ese dinero ni por mucho más queremos que nos maltraten los animales como hacen los osos o los lobos cuando les arrancan la piel a tiras. Lo que queremos es producir con buena calidad y cumpliendo con todas las obligaciones que nos imponen las administraciones». De hecho, reclaman medidas de protección para evitar estos ataques.
El dueño de la explotación afectada, Segundo Menéndez, indicó que antes de que finalice el año presentará una nueva demanda por los daños que sufre su ganadería «un día sí y otro también». Además, lamentó que «nos vemos obligados a cerrar la última explotación que existe a día de hoy de oveja xalda en producción ecológica. Esto será el final para nosotros, pero va a ser el principio para la Administración, que nos debe más respeto».

M. MENÉNDEZ GIJÓN