lunes, 20 de mayo de 2019

A votar de nuevo

Asi, como si nada, ya pasaron cuatro año y de nuevo a votar. Nuestro gobierno local, el bueno del Tripartito, en vez de prometer lo que hará o no hará en los próximos cuatro años debía presentar lo hecho o no hecho durante  su mandato. Explicar el porqué perdió todos sus juicios, está claro que no tenía razón. Como dejo morir el Parque de San Francisco, tal vez por tener un nombre incluido en el santoral. La manía de dar vueltas y vueltas a la ordenación del Naranco o acumular proyectos de Santullano sabiendo positivamente que nunca lo harían.
No son los únicos. Adjunto un apunte de la mala gestión de otros ayuntamientos, como ellos llamados progresistas, en estos cuatro años.


“Balance de cuatro años de 'alcaldes del cambio': incumplimientos, peores servicios y más inseguridad
Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Cádiz no satisfacen las expectativas en la inversión social y en cuatro años no han encontrado soluciones a la vivienda, la suciedad y la inseguridad
Pablo Iglesias, junto a Ada Colau y Alberto Garzón, en un acto en Barcelona Alejandro García EFE
Elecciones 2015. Revolución en los ayuntamientos
Un catedrático de Física y Química en Educación Secundaria y Bachillerato; otro profesor de Educación Secundaria; una activista social; una magistrada; un licenciado en Derecho y magistrado suplente... La sociedad civil abanderó el cambio político que llegó a España en 2015 y que tuvo en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz o La Coruña su máximo exponente. Los llamados ayuntamientos del cambio, que desalojaron a la vieja política, han sido la conquista que abanderó hasta hace unos meses Podemos para contrarrestar las críticas a su inexperiencia en la gestión pública.
Han pasado cuatro años. Y la nueva política muestra los rasguños de la gestión del día a día. Roto el entendimiento con Podemos de casi todos ellos, su mandato genera vítores y críticas por igual. Los alcaldes presumen de gobierno; la oposición no cesa en sus críticas. ¿Ha habido cambio? ¿Ha mejorado la vida de la gente? ¿Se percibe una gestión distinta? Acabada la legislatura, es tiempo de balance. Hablan los números.
Inversión social
El objetivo común de estos ayuntamientos del cambio fue el impulso de las políticas sociales. Prioridad a los servicios públicos. Sin embargo, sólo tres alcanzan la categoría de "excelentes" en inversión en servicios sociales: Cádiz (131,93 por habitante; destina el 12,3% del total de su presupuesto); Zaragoza (111,36 y un 11,6%); y Barcelona (191,79 y el 12%), según el informe de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales. Madrid no obtiene esta calificación -que agrupa a sólo 31 consistorios- porque aunque destina 116 euros por habitante, sólo supone el 8,9% de su presupuesto.
Aterrizar en datos concretos y establecer comparaciones permite evaluar la gestión. Lo hace Ramiro Aurín, director general de OSUR (Observatorio de Servicios Urbanos). "Atendiendo a los datos publicados por Hacienda, los ayuntamientos del cambio no están entre las mejores".
El barómetro de satisfacción de servicios urbanos realizó 5.500 encuestas entre febrero y marzo de 2019 y busca medir "los índices de satisfacción y la evolución de la valoración ciudadana de los servicios públicos municipales". Resultados: Valencia suspende en servicios públicos municipales, ya que refleja un notable descenso en los ciudadanos satisfechos, pasando del 63 % al 49 %. La satisfacción de los vecinos de Barcelona por sus servicios públicos municipales baja 10 puntos respecto a 2018, situándose en el 58%.
Satisfacción y percepción de eficiencia de los servicios urbanos por parte de los ciudadanos
Coruña
Se han reducido desde el 59% al 51% el número de personas satisfechas con la globalidad de los servicios municipales.
Madrid
Penaliza con 7 puntos menos de satisfacción sus servicios municipales, situándose en 60% de satisfechos.
Barcelona
Baja 10 puntos la satisfacción de los barceloneses por sus servicios públicos municipales, siendo del 58%.
La valoración de la limpieza viaria desciende en 22 puntos porcentuales.
Valencia
Notable descenso en Valencia pasando de 63% a 49% en el número de ciudadanos satisfechos.
Zaragoza
Refleja un empeoramiento de la percepción global de los servicios municipales respecto al año pasado, con una disminución del 16% del número de satisfechos y un aumento de los insatisfechos.
* Datos del Barómetro de Satisfacción de Servicios Urbanos
El Barómetro de OSUR también refleja un empeoramiento del 7 % respecto a la satisfacción de los madrileños hacia sus servicios municipales. El informe destaca la baja satisfacción que obtiene el servicio de limpieza viaria, con sólo 28 % de opiniones favorables. En el caso de Zaragoza, aprueba in extremis la calidad de sus servicios públicos municipales con 50 % de satisfacción, lo que supone un pronunciado descenso del 16 % con respecto al Barómetro de 2018. Una cifra que la sitúa por debajo de la media nacional que está en 57%. En La Coruña, por su parte, se han reducido desde el 59% al 51% el número de personas satisfechas con la globalidad de los servicios municipales.
Aurín extrae conclusiones: "Su gestión ha sido mucho más retórica que efectiva, cuando no directamente retrógrada". Expone casos concretos: "Esos ayuntamientos del cambio están entre los peor valorados en 'limpieza viaria' y 'cuidado de espacios públicos y zonas verdes'". Achaca a los ayuntamientos del cambio que si bien "su punto fuerte ha sido el discurso inicial a favor de políticas hacia los vulnerables; su debilidad ha sido que ese discurso, salvo excepción, no se ha traducido en políticas concretas y en resultados".
Vivienda social
En conexión con la apuesta por los servicios sociales están las promesas y la inversión en vivienda pública. El incumplimiento en los compromisos adquiridos en el parque de vivienda social y el precio disparado de los alquileres han sido la tónica. Manuela Carmena si bien ha puesto en funcionamiento iniciativas como el programa Alquila Madrid (ALMA), no ha cumplido su propuesta electoral de "limitar el precio de alquiler de aquellos inmuebles rehabilitados con subvenciones y dinero público".
Un estudio del portal especializado Idealista señala, también que no ha cumplido su promesa de "favorecer el alquiler y el alquiler social de larga duración a través de bonificaciones en impuestos y licencias". Los expertos inmobiliarios también destacan que pese a que Carmena ha defendido contar con más vivienda pública, sólo se han terminado 64 viviendas de las 4.000 que prometió levantar.
Ada Colau presenta un mayor grado de cumplimiento de promesas en Barcelona. Sí ha aumentado las ayudas al pago del alquiler (un 149% respecto al anterior gobierno); el pasado marzo multó a dos fondos buitres con 2,8 millones por tener desde hace más de dos años 24 pisos vacíos; o ha reservado el 30% a vivienda de protección oficial (VPO) en los nuevos desarrollos urbanísticos y rehabilitaciones, como remarca la asociación Provivienda. Ahora bien, según el informe de Idealista, prometió 4.000 viviendas de alquiler asequible y en la legislatura que acaba sólo se han sumado al parque público 1.000 viviendas.
"Ninguno de estos municipios del cambio ha alcanzado totalmente sus compromisos, pero hay que destacar el esfuerzo, tanto a nivel presupuestario como de nuevas propuestas y servicios, de ayuntamientos como Zaragoza, Madrid o Barcelona, pese a dificultades estructurales como el techo de gasto", resume Andrea Jarabo, responsable de Comunicación e Incidencia de Provivienda. Esta asociación sin ánimo de lucro subraya la búsqueda de nuevas fórmulas de financiación de vivienda social en las que han avanzado Zaragoza y Barcelona a través del Banco Europeo de Inversiones, para la promoción de 308 nuevos inmuebles y 2.200, respectivamente, o el impulso de la regeneración urbana con planes como Madrid Recupera.
Desahucios
Hablar de viviendas es hacerlo, inevitablemente de desahucios. Una de las grandes preocupaciones de estos ayuntamientos del cambio. Más aún si cabe en Colau, conocida activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Los datos siguen siendo alarmantes. Las cifras oficiales del Consejo General del Poder Judicial señalan que entre 2013 y 2017 el número de lanzamientos ha crecido en Cádiz (de 109 a 146), Zaragoza (de 1.117 a 1.281) y La Coruña (de 340 a 406). Por el contrario, han descendido en Barcelona (3.098 frente a 25.519), Valencia (de 1.606 a 1.134) y Madrid (de 3.926 a 3.416).
Número de desahucios
Cádiz
2015: 109
2016: 115
2017: 146
Coruña
2015: 340
2016: 312
2017: 406
Madrid
2015: 3.926
2016: 3.496
2017: 3.416
Barcelona
2015: 3.098
2016: 2.691
2017: 2.519
Valencia
2015: 1.606
2016: 1.437
2017: 1.134
Zaragoza
2015: 1.117
2016: 1.098
2017: 1.281
* Datos del Consejo General del Poder Judicial
Pese a haber reducido el número, en Madrid, el delegado de Seguridad ha reconocido que la Policía Municipal ha acudido en esta legislatura a 12.000 desahucios por orden judicial. En Barcelona, el cómputo de la legislatura asciende a casi 10.700 casos, de los que un el 85% son debidos al alquiler. Cifras que no satisfacen a colectivos como la PAH, que critican la gestión de Carmena y Colau -como se evidenció en su reciente escrache a Carmena- y que califican los datos de "aterradore"». En la Ciudad Condal, los colectivos sociales hablan de "estado de emergencia habitacional".
Inseguridad
Un tema que preocupa especialmente a los ciudadanos es la seguridad. Una asignatura pendiente para los ayuntamientos del cambio. La palma se la lleva Barcelona, que se sitúa como la ciudad más insegura: 119,85 delitos por cada mil habitantes, según datos del Ministerio del Interior. Las peleas y altercados constantes que denuncian los vecinos en lugares como el Raval y Ciutat Vella son un claro ejemplo. Madrid ocupa el tercer puesto, con 74,49 delitos por cada mil habitantes.
Total de infracciones penales
Cádiz
2015: 6.049
2016: 5.530
2017: 5.581
2018: 5.382
Coruña
2015: 9.107
2016: 9.405
2017: 9.671
2018: 10.056
Madrid
2015: 218.394
2016: 229.270
2017: 235.475
2018: 240.138
Barcelona
2015: 153.346
2016: 153.063
2017: 165.640
2018: 194.212
Valencia
2015: 45.119
2016: 45.102
2017: 44.911
2018: 47.064
Zaragoza
2015: 22.605
2016: 22.504
2017: 22.148
2018: 24.106
* Datos del Ministerio del Interior
El total de infracciones penales ha crecido en todos los ayuntamientos del cambio entre 2015 y 2018, salvo en Cádiz, tal y como constata la tasa de criminalidad de Interior. En Barcelona han pasado de 153.346 infracciones penales en 2015 a 194.212 en 2018. En Madrid ha crecido de 218.394 a 229.270. Coruña pasa de 9.107 a 10.056 y en Valencia crecen hasta las 47.064 por las 45.119 de 2015. Las infracciones penales en Zaragoza crecieron de 22.605 a 24.106. Sólo en la capital gaditana, donde gobierna Kichi, bajaron de las 6.049 a 5.382 en cuatro años.
Limpieza
Otro asunto que afecta de manera muy directa a los vecinos es la limpieza urbana. La situación de las calles y parques. Por ejemplo, ha sido uno de los temas a los que más ha recurrido la oposición para desgastar a Carmena. Un reciente informe de la OCU sitúa a la capital entre las ciudades más sucias, con una puntuación de 39 sobre 100. Excrementos caninos, pintadas o lugares especialmente sucios hunden su valoración. Un suspenso más acrecentado en el caso de La Coruña, que pierde 17 puntos en sólo cuatro años (42).
Las ciudades más limpias/sucias
Oviedo
 Tripartito
Presupuesto por habitante (/año): 61
Satisfacción global: 79 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: -3
Bilbao
Presupuesto por habitante (/año): 83
Satisfacción global: 77 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: +4
(...)
Barcelona
Presupuesto por habitante (/año): 106
Satisfacción global: 51 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: -8
Zaragoza
Presupuesto por habitante (/año): 61
Satisfacción global: 49 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: -2
Cádiz
Presupuesto por habitante (/año): 93
Satisfacción global: 47 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años:-10
Valencia
Presupuesto por habitante (/año): 47
Satisfacción global: 46 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: +7
Coruña
Presupuesto por habitante (/año): 43
Satisfacción global: 42 puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: -17
Madrid
Presupuesto por habitante (/año): 65
Satisfacción global: 39puntos
Puntos ganados/perdidos en 4 años: +3
* Datos de la OCU
Barcelona, con 51 puntos, aprueba por la mínima, pero cae ocho puntos respecto a 2015. Cádiz y Valencia también se sitúan en una valoración media. El informe de la OCU no sitúa a ningún ayuntamiento del cambio entre los más limpios de España. Quedan lejos.
Deuda
Una de las credenciales que suelen presentar los ayuntamientos del cambio es la reducción de los números rojos. Un hecho constatado. Según el Banco de España, Madrid redujo su deuda en 2.000 millones desde finales de 2015 a finales de 2018, situándola en 2.762 millones; Valencia pasó de una deuda de 711 a 439 millones; mientras que Zaragoza dejó el listón en 855 millones, frente a los 1.069 de 2015. Barcelona rompe la dinámica. Su cómputo no es positivo: 836 millones en 2015 por los 837 al cierre de 2018.
Deuda
Madrid
2015: 4.767 millones
2016: 3.868 millones
2017: 3.424 millones
2018: 2.762 millones
Barcelona
2015: 836 millones
2016: 840 millones
2017: 839 millones
2018: 837 millones
Valencia
2015: 711 millones
2016: 656 millones
2017: 552 millones
2018: 439 millones
Zaragoza
2015: 1.069 millones
2016: 990 millones
2017: 935 millones
2018: 855 millones
* Datos del Banco de España
Reducen deuda, sí, pero lo han hecho obligados por la Ley de Estabilidad Presupuestaria impulsada por Cristóbal Montoro, que obliga a los consistorios a gobernar con contención, y sólo permite invertir el superávit en los llamadas Inversiones Financieramente Sostenibles, un catálogo que ofrece el propio Gobierno.
Pero pese a esa reducción del défcit, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) certifica que cuatro ayuntamientos del cambio se encuentran entre los 10 más endeudados de España. Zaragoza ocupa el primer puesto con una deuda de 1.374 euros por habitantes, seguida de Madrid con 1.010 euros por habitante. El endeudamiento per cápita de Barcelona es de 492 euros, por los 457 de Valencia, en sexta y octava posición, respectivamente.
Ránking de ayuntamientos altamente endeudados
Zaragoza 1.374 euros por habitante
Madrid 1.010
Málaga 798
Murcia 658
Palma 656
Barcelona 492
Córdoba 485
Valencia 487
Sevilla 449
Valladolid 304

*Datos de la Airef.
Este organismo, en un informe de abril de 2019, señala, además, que Barcelona prevé incumplir la regla de gasto de 2018, con un exceso de 52 millones sobre el límite de 2.572 millones; que Madrid liquidó 2018 con un superátvit de 1.072 millones, inferior al comprometido en el Plan Económico Financiero (1.257 millones); o que Valencia aumentará su ratio de deuda, colocándolo en el 54%.

lunes, 13 de mayo de 2019

La cruda realidad.

Hace tiempo, cuando los estadounidenses eligieron a su Presidente y cuando, a continuación, medio mundo opinó que era un error, o dos o tres errores juntos, yo refleje en este Blog que eran ellos quienes elegían y ellos quienes debían de juzgarlo al cabo de su gestión.
Hoy, casi a la mitad de su mandato leo lo que alguien escribe del mismo. Como dijo durante su campaña: “América lo primero” lo está llevando a rajatabla. Es la primera. No tiene paro, su economía está floreciendo, no ha iniciado ni acabado  ningún conflicto armado y salvo el no manejo del cambio climático da la impresión que todo le va de maravilla y por tanto a los estadounidenses.
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“Una realidad incómoda
Bajo la presidencia de Trump, Estados Unidos ha recuperado una prosperidad propia de los felices sesenta
Dado que usted y yo estamos ahora mismo en este periódico, cabe suponer que coincidiremos en algunas apreciaciones. El tipo es un patán insufrible, un ególatra desbocado, un mentiroso patológico. Hasta ahí de acuerdo, ¿no? Ignora el cambio climático e incluso se alegra de que se funda el casquete polar, desprecia a los inmigrantes, odia la prensa que le critica, practica un nepotismo ridículo y confunde sus intereses personales con los del país. ¿Seguimos en sintonía? Diría que sí.
Subrayemos que este hombre puede provocar una catástrofe en cualquier momento y que ignoramos en qué acabará su pulso comercial con China. Dicho esto, enfrentémonos ya con la otra parte de la realidad. Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos ha recuperado una prosperidad propia de los felices 60. Apenas existe desempleo, la economía creció más del 3% en el primer trimestre, la inflación permanece baja, suben los salarios y se ha frenado el declive industrial.
Ya, claro, dirá usted. Pero eso está lográndose con un monstruoso endeudamiento público y con un alarmante déficit presupuestario. Es cierto. Donald Trump, tras destruir aquella secta de fanáticos del rigor llamada Tea Party (¿se acuerdan de cuando parecían imparables?), ha unido al Partido Republicano en torno a una política similar a la de aquel otro presidente, más simpático, igualmente insufrible, llamado Ronald Reagan. Durante los años 80, Reagan disparó la deuda y todos los déficits. Es lo que ocurre cuando se bajan los impuestos (mayormente a los ricos) y se gasta una barbaridad en armamento. Ocurre, sin embargo, que Estados Unidos imprime dólares, la moneda aceptada en todo el planeta, y puede permitirse cosas que en cualquier otro país conducirían al desastre.
Ronald Reagan logró que Estados Unidos recuperara el optimismo y la condición de superpotencia económica, ganó la Guerra Fría (aunque la victoria la firmara su sucesor, George Bush) y acabó con la Unión Soviética. Muchos creímos entonces que la apuesta por los euromisiles y el farol de la “guerra de las galaxias” podían conducir a un holocausto nuclear. No fue así. En realidad, ocurrió lo contrario. En cuanto a los déficits, el crecimiento los fundió. Durante la presidencia de Bill Clinton se transformaron en superávits, hasta el punto que llegó a temerse la desaparición del mercado de deuda pública, fundamental tanto para quienes manejan la política monetaria como para los pequeños ahorradores.
Donald Trump practica el proteccionismo y vulnera prácticamente cada día los principios de un libre comercio que, por razones no del todo comprensibles, se ha convertido casi en dogma de fe para los progresistas. Desde que se enfrentó a China, cuyo capitalismo de Estado constituye la antítesis del libre comercio, la Unión Europea parece respaldar en silencio las tesis de Pekín y las instituciones internacionales emiten periódicas alarmas sobre el riesgo de que la guerra comercial desemboque en una recesión planetaria. Eso puede ocurrir, por supuesto. Pero de momento no ha ocurrido.
Está por ver cómo termina el primer mandato de Donald Trump. Hasta la fecha no ha causado ningún desastre (salvo el posiblemente imparable desastre climático), a diferencia de Barack Obama, que alentó las “primaveras” árabes y no supo luego qué hacer con ellas. Hasta la fecha ha logrado unos espléndidos resultados económicos. Hasta la fecha, todo apunta a que debería conseguir sin grandes dificultades la reelección.
A veces es saludable que los hechos contradigan nuestros prejuicios.