jueves, 19 de agosto de 2021

B.1.216.- También, por no llevar mascarilla

Sin duda la sidra, la mucha sidra y esas nubes bajas que llevan todo el verano cubriendo los cielos asturianos, son los causantes máximos que a nuestros políticos se les haya enfangado el cerebro.
Primero leemos que en Cangas de Onis, los prohombres de la patria han puesto el grito en el cielo por haber aparecido en su localidad la escultura de un escanciador de sidra echando unos “culines” en “pelotilla picada” y ahora nos enteramos, por la prensa, que la honorable y muy docta alcaldesa de Gijón, Dña. Ana González, ha prohibido los festejos taurinos de esa localidad por llamarse, dos toros, “Feminista” y “Nigeriano”, nombres que aun no comprendo que tendrán que ver con su condición sexual o su lugar de nacimiento.

Ana González. Alcaldesa de Gijón
La buena alcaldesa ha cancelado, de entrada y por lo que las altas instancias pudiesen decir, las corridas de toros.
Los hay malpensados que opinan que la buena señora, al no poseer por escrito una normativa clara sobre el cómo debían salir a la plaza los morlacos, con o sin mascarilla, y ante le negativa de los matadores de no acercarse al astado a menos de metro y medio, no se le ocurrió nada mejor que decretar que el nombre de los animalitos ofendía al tipo de lenguaje, definido y de obligado cumplimiento, dado por la ministra Irene Montero y que, con la aprobación del Consejo de Ministros, se debe cumplir.
Señora alcaldesa, no se da cuenta del ridículo que está haciendo y de los efectos dañinos, más allá de los económicos y humorísticos, y en el que está colocando a los asturianos. No creo que el resto de los españoles sean tan estrechos de miras y piensen que, todos en esta tierra, somos tan cerriles como demuestra usted con sus actuaciones.


Modelo de toro obligatorio en las corridas de Gijón
A este paso lo de la mascarilla de los toros pasara enseguida a los perros y gatos en un primer paso para luego extenderse a los mariscos, cefalópodos y quién sabe si, algún día a la costera del bonito.
Suerte tiene, alcaldesa, que el presidente está de vacaciones y a las islas no llega este tipo información, ni por cierto, lee lo que yo escribo.

lunes, 9 de agosto de 2021

Messi y Puigdemont

Messi, cuando hace un montón de años decidió venirse a jugar al futbol a Cataluña, al Barsa específicamente, se confundió. Se hizo rico, inmensamente rico, pero se confundió. A él solo se le quiso para que el Barsa ganara y, en consecuencia, se hiciera a conocer, a su club y a la comunidad que lo albergaba, en la Comunidad Europea, que el mundo pensara que el Barsa, era más que un club, era una nación. Casi lo consigue hasta que alguien le dijo que: “la pela es la pela” y que él era un avaro porteño y no un nacionalista criado, pero no nacido, en la adusta “Masía”
Messi no es, ni será nunca un Puigdemont, de Gerona. El solo da pataditas a una pelota y, en la mayoría de los casos, la mete entre los tres palos.

Messi

Puigdemont
Por Puigdemont, por el “proces”, por la Republica Catalana se puede endeudar la Comunidad, por Messi, no.
También es verdad que los catalanes pueden ser cualquier cosa menos tontos. Messi estaba cobrando 138 millones de euros brutos por temporada, y en caso de retener genio futbolístico, se tendría una deuda de 1.173 millones y un déficit, este año, de 487 millones, siempre en el caso de ganar algún título, cosa que no ocurrió la temporada pasada. Por ello, como dice su presidente, dejarlo ir y no hipotecar al club.
El sufrido “cule”, paseante y asiduo de las Ramblas, prefiere que sus gestores políticos se esmeren en pasar las deudas que, algunos de sus dirigentes tienen con el Tribunal de Cuentas, al Gobierno nacional y que sean los impuestos de todos los españoles quienes las paguen, que en solucionar los problemas de un mago del balón que solo gana 138 millones brutos de euros al año