lunes, 9 de agosto de 2021

Messi y Puigdemont

Messi, cuando hace un montón de años decidió venirse a jugar al futbol a Cataluña, al Barsa específicamente, se confundió. Se hizo rico, inmensamente rico, pero se confundió. A él solo se le quiso para que el Barsa ganara y, en consecuencia, se hiciera a conocer, a su club y a la comunidad que lo albergaba, en la Comunidad Europea, que el mundo pensara que el Barsa, era más que un club, era una nación. Casi lo consigue hasta que alguien le dijo que: “la pela es la pela” y que él era un avaro porteño y no un nacionalista criado, pero no nacido, en la adusta “Masía”
Messi no es, ni será nunca un Puigdemont, de Gerona. El solo da pataditas a una pelota y, en la mayoría de los casos, la mete entre los tres palos.

Messi

Puigdemont
Por Puigdemont, por el “proces”, por la Republica Catalana se puede endeudar la Comunidad, por Messi, no.
También es verdad que los catalanes pueden ser cualquier cosa menos tontos. Messi estaba cobrando 138 millones de euros brutos por temporada, y en caso de retener genio futbolístico, se tendría una deuda de 1.173 millones y un déficit, este año, de 487 millones, siempre en el caso de ganar algún título, cosa que no ocurrió la temporada pasada. Por ello, como dice su presidente, dejarlo ir y no hipotecar al club.
El sufrido “cule”, paseante y asiduo de las Ramblas, prefiere que sus gestores políticos se esmeren en pasar las deudas que, algunos de sus dirigentes tienen con el Tribunal de Cuentas, al Gobierno nacional y que sean los impuestos de todos los españoles quienes las paguen, que en solucionar los problemas de un mago del balón que solo gana 138 millones brutos de euros al año

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