Usaga cree que el fallo, que fija 9.000 euros de indemnización, marca «un
antes y un después» en cómo abordar los ataques de la fauna salvaje
Fernando Marrón muestra, a las puertas del juzgado,
los daños sufridos por un animal. Detrás, los ganaderos afectados. / MARIO
ROJAS
El Principado deberá pagar casi 9.000
euros a un ganadero que sufrió numerosos
daños en su cabaña de ovejas xaldas por dos ataques de un oso en 2017. Se trata de 7,5 veces más que lo que
habían valorado las autoridades regionales, que habían fijado en menos de 900
euros esos daños. Así lo refleja una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo dada a conocer ayer por
el sindicato Usaga, cuyo coordinador, Fernando
Marrón, indicó que «marca un antes y un después en los daños de fauna
salvaje. Es un comienzo para empezar a cambiar las cosas».
No cabe recurso
contra esta sentencia y, según explicó Marrón, «incluye lo que pedíamos». «El
juez reconoce el lucro cesante, los corderos que esta familia dejó de vender
por culpa del ataque del oso e, incluso, se tienen en cuenta los daños en el
cercado y en la instalación». La afectada es una familia de Caldevilla de Rengos (Cangas del
Narcea), que en el ataque perdió diez ovejas, mientras que el estrés sufrido
por el resto del rebaño ocasionó que muchas hembras perdieran las crías que
esperaban o no quedaran preñadas desde entonces.
Este fallo
judicial abre un precedente, por lo que Usaga
cree que la Administración regional deberá tomar alguna decisión ya que, «si ya
no podían hacer frente a los pagos según los baremos actuales, difícilmente
podrán hacerlo a los posibles fallos judiciales». Y es que esperan que sean
numerosas las demandas que presenten los ganaderos al conocer el resultado de
esta sentencia. Es más, Fernando Marrón informó de que ya hay más reclamaciones
preparadas para ser trasladadas al juzgado.
«Producir con
calidad»
De todas formas,
el coordinador de Usaga manifestó que «ni por ese dinero ni por mucho más
queremos que nos maltraten los animales como hacen los osos o los lobos cuando
les arrancan la piel a tiras. Lo que queremos es producir con buena calidad y
cumpliendo con todas las obligaciones que nos imponen las administraciones». De
hecho, reclaman medidas de protección para evitar estos ataques.
El dueño de la
explotación afectada, Segundo Menéndez, indicó que antes de que finalice el año
presentará una nueva demanda por los daños que sufre su ganadería «un día sí y
otro también». Además, lamentó que «nos vemos obligados a cerrar la última
explotación que existe a día de hoy de oveja xalda en producción ecológica.
Esto será el final para nosotros, pero va a ser el principio para la
Administración, que nos debe más respeto».
M. MENÉNDEZ
GIJÓN
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