Salvo algún que otro fin de
semana el aparcamiento en la calle era fácil y sino también existían muchos
aparcamientos subterráneos publicos y privados.
Hoy, pasados los años todo
sigue igual. No obstante los políticos de turnos están empeñados en crear un
problema existencial donde antes no lo había.
Llevo una semana leyendo y
leyendo el uso, que al parecer, no abuso, de ciertas tarjetas, que el
Ayuntamiento otorga, para favorecer la circulación y los aparcamientos a los
rectores de algunas instituciones. Si, lo he escrito bien, es el Ayuntamiento
quien las otorga, no yo ni usted probo ciudadano de a pie, ni las monjitas de las Ursulinas, es el
cabildo municipal, hoy regido por el tripartito comandado por el Sr. Alcalde
del PSOE.
Si la matemática no falla,
ese dinámico equipo lleva casi dos años en el poder y, hasta hoy no se ha dado
cuenta que es el quien las otorga.
Porque echa en cara a la
judicatura, al clero, al gobierno anterior, a la oposición, que las tenga y las use, no ha sido el quien
se las ha dado. Y si no lo fue ¿Qué ha estado haciendo en estos dos años para
no haberse dado cuenta del hecho?, Calentar el sillón.
Sr. Alcalde utiliza usted muy
malas maneras. Su enfado con la judicatura y la oposición, o su consabido
espíritu anticlerical no son motivos suficientes para esgrimir este tipo de
tarjetas como arma arrojadiza contra ellos. Tenga en cuenta que casi todos
tienen chóferes asignados a su cargo y las consabidas tarjetas deben pasárselas
por el mismísimo “arco del triunfo”.
De cualquier modo, como dije
al inicio, Oviedo es una ciudad para caminar y bien por ello usted protesto durante un montón de legislaturas.
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