Candido
de mi, pensé, al creer que el lió de Antonio Banderas con el proyecto cultural
de “su Málaga del alma” era una confabulación judeo-masónica de las revistas
del corazón. Pues bien me confundí, eran los “Podemitas” malagueños que, al igual que en Asturias los de Gijón,
les interesa todo menos la
Cultura y el buen hacer de algunos ciudadanos por elevarla.
Así, a base de trabas, falta de permisos y retrasos administrativos han
conseguido que el bueno de Banderas retire su inversión, privada, en detrimento
de la cultura de la ciudad de Málaga.
Como
se ve no es el único caso, dando la impresión que la actitud de los chicos de
morado hacia el bien social, no existe. Tal vez por eso ha sido el partido que
más ha ganado, económicamente, este último año. Para ellos si, para el pueblo,
nada.
Aquel
eslogan del PC de los años ochenta: “Todo
para el pueblo, pero sin el pueblo” da la sensación que estos chicos lo
llevan a rajatabla, sino vean el modelo chavista de Venezuela que tanto alaban,
ponderan y quieren instaurar en España.
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Los
«alcaldes del cambio» torpedean más de 14.000 millones de inversión privada
(**)
·
Carmena y
Colau lideran, en Madrid y Barcelona, el balance de proyectos torpedeados
Más de 14.000 millones de euros de inversión bloqueada
y, parte de ella, directamente fulminada antes siquiera de poder ponerse un ladrillo.
Es el balance de conjunto de los apenas dos años de gobiernos municipales de la
órbita de Podemos en las principales ciudades a los que se vieron aupados tras
las elecciones locales de 2015.
Algunos de los
«alcaldes del cambio» en una reunión en Barcelona en diciembre de 2015
La campaña jaleada contra el ambicioso proyecto
cultural que Antonio Banderas quería llevar a cabo en su ciudad natal -iba a jugarse de su
bolsillo tres millones de euros- han llevado al actor malagueño
a plegar velas y olvidar la iniciativa. Ha sido tras una campaña de ataques que
no ha estado dispuesto a aguantar más y en la que han tenido presencia activa
los aledaños -y no tan aledaños- ‘podemitas’. El caso es un botón de muestra de
esa «política del cambio» que ha hecho sucumbir -por frenados o por
directamente dinamitados- proyectos de inversión privada por valor de miles de
millones de euros. Y, con ellos, aguadas también las abultadas perspectivas de
creación de empleo que llevaban aparejadas.
Carmena: 10.000 millones
Madrid es un ejemplo. Queda en la memoria reciente la
espantada del magnate chino Wang Jianlin -grupo Wanda-. A los seis meses de que
Manuela Carmena tomara posesión como alcaldesa, a Jianlin se le acabó la
paciencia. Harto, desistió de plano a grandes proyectos que habrían supuesto,
en conjunto, 4.000 millones de inversión. La espantada del chino -que pretendía
derribar y volver a reconstruir la fachada protegida- propició la llegada del
promotor murciano Trinitario Casanova, que ha prometido comprar el edificio el
1 de junio.
También se frenó la gigantesca «operación Chamartín»,
otros 6.000 millones de euros. Viene de lejos, pero Carmena impuso un parón
añadido por entenderlo demasiado especulador y ha obligado a replantearlo.
Ahora se trata de sacarlo adelante con menor edificabilidad y con el acuerdo
del Ministerio de Fomento. Además, Carmena fulminó un proyecto privado para
aprovechar urbanísticamente el Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi: un fondo americano iba a
invertir 75 millones de euros y a pagar al Ayuntamiento 60.000
euros de canon anual.
Inversión pública cercenada
A la par que se frena o tumba inversión privada, el
gobierno de Carmena tampoco puede presumir de su inversión pública. El año
pasado dejó sin utilizar 369 millones de su presupuesto, y una parte sustancial
correspondía a inversiones. Dos ejemplos: se dejó sin gastar 55 millones de
euros de los fondos presupuestados para el programa de «vías
públicas», o la mitad de los nueve millones de euros que consignó para «planes
de barrio».
La Coruña y Cádiz
En inversión pública aparcada también destaca el
Ayuntamiento de La Coruña,
gobernado por otra particular «coalición del cambio» participada por Podemos.
La patronal provincial de la construcción se ha quejado de la parálisis licitadora: cinco
obras públicas tumbadas tras las elecciones locales de 2015 y que hubieran
supuesto más de siete millones de euros.
Eso sí, al menos en La Coruña o Madrid hay datos
oficiales publicados con los que conocer su inversión ejecutada, algo imposible
en el caso del Ayuntamiento de Cádiz que dirige el líder local de Podemos, José
María González «Kichi». Entrar en el «portal de transparencia» de este
Consistorio es un viaje forzado al pasado: los datos de ejecución
presupuestaria solo llegan a diciembre de 2014. El propio Tribunal de Cuentas
tampoco puede auditar la contabilidad municipal gaditana: desde que «Kichi»
está al frente no ha presentado ante ese órgano estatal de fiscalización
ni
una sola de las cuentas anuales que le tocaba presentar.
Colau frena hoteles
En Barcelona, la alcaldesa Ada Colau también acumula
balance de órdago en inversión torpedeada. En cuanto llegó al gobierno
municipal frenó en seco decenas de proyectos hoteleros que preveían un flujo
inversor total de 3.000 millones de euros y la generación de 10.000 empleos. El
damnificado en este caso es un pilar esencial de la economía barcelonesa, su
industria turística. Cuando Ada Colau llegó a la Alcaldía había proyectos en marcha para crear 15.000 nuevas plazas hoteleras.
Zaragoza: 200 millones
En Zaragoza, el gobierno de ZEC (Podemos-IU) que
lidera Pedro Santisteve mantiene frenados proyectos privados por valor de más
de 200 millones que, según sus promotores, supondrían la creación de más de 2.000
empleos en la ciudad, entre directos e indirectos. Son cuatro
proyectos que requieren de tramitaciones urbanísticas que el equipo de
Santisteve frenó en seco tras llegar al poder y que, ahora, en el mejor de los
casos avanzan administrativamente al ralentí o que -en el peor- se han enterrado.
Este último es el caso del gran hospital privado que quería levantar el grupo
Quirón junto al estadio de La
Romareda y en el que preveía invertir más de 100 millones de
euros.
El caso Paterna
En Paterna (Valencia), otro caso: el gobierno
municipal de Compromís -partido asociado a Podemos en la política de esa
región- mantiene paralizado el proyecto «Puerto Mediterráneo», que contemplaba
860 millones de euros de inversión y la generación de 6.000 empleos entre
directos e indirectos. Tras contar con 46 informes favorables, acabó frenando
en seco por «criterios medioambientales». Ahora los promotores andan enfrascados en un forzoso replanteamiento del
proyecto para intentar sacarlo adelante.
Efe ROBERTO PÉREZ