martes, 30 de octubre de 2018

Donde dije digo, digo Diego

Donde dije digo, digo Diego” se utiliza para rectificar una  afirmación o desdecirse.
 La persona que habla, por muchas razones, se arrepiente de lo que ha dicho,
 lo corrige, negando lo anterior.
Hace años, un señor y una señorita decían, casi siempre gritando y vociferando, cosas tan curiosas como:
“La policía no protege a la gente, son matones al servicio de los ricos"(Pablo Iglesias)
Han pasado los años. Ahora ocupan dos escaños en el Congreso de los Diputados, él ha sido el congresista que más dinero gano en el 2017 y ambos, con un sueldo, según programaban en su proyecto electoral, máximo de tres veces el sueldo interprofesional,  han sido capaces de comprarse un chalecito de unos 600.000 euros. En solo unos años, pocos, han pasado a ser “ricos”. Ahora los protege a ellos, pero no lo dicen, va contra las bases a las que constantemente engañan.
El bueno de Iglesias, tan proclive hacer lo contrario de lo que dice, ha puesto en su humilde chalet una puerta blindada que ni con dinamita pueden abrirla, un sistema de video vigilancia, más efectivo que el de la Casa Blanca, una seguridad privada que cuesta un pastón y para colmo otra publica a la que siempre vituperó, a la que llamaba “matones al servicio de los ricos”.
 Ya no debe ser Pablo sino Don Pablo. Ya no es pueblo sino burguesía, ya entro en la “casta” que tanto criticaba, se olvidó del pueblo que le voto y encima animo a sus  íntimos, digo Pablo Echenique, que hiciesen lo mismo, eso, que viviesen como “ricos”, ya que, constata la realidad, son los más ricos del Congreso de los Diputados, los más pudientes, engreídos y protegidos, lo contrario que ponía su programa electoral.
Que malo que haya hemerotecas a las que es muy difícil contradecir.

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