martes, 14 de febrero de 2017

Bomberos: olvidados e imprescindibles

Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal”,
dice una de las leyes de Murphy que, en castellano antiguo, se traduce por:”Los problemas nunca vienen solos”. Que bien la deben saber los miembros del Tripartito y que pocas excusas pueden poner a los hechos.
De un tiempo a esta parte en Oviedo hay incendios. Lo peor no es que el fuego se lleve inmuebles y mercancías, lo inadmisible es que también se lleva vidas humanas y esto si es realmente malo, sobre todo para quienes la obligación de evitarlo con aquellos medios humanos y materiales, que su jerarquía les tiene asignados y que por sus cargos tiene la obligación de planificarlos, valorarlos y presupuestarlos
El Personal del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos (SEIS), cuyos hombres y mujeres, al parecer olvidados por el actual equipo de gobierno del ayuntamiento, son quienes luchan diariamente contra el fuego y hacen posible que, a veces con riesgo de su vida,  los daños hacia la ciudadanía se aminoren.
Son imprescindibles, tanto en épocas de bonanza  como en las crisis y por ello debe cubrirse su infraestructura y que su labor
sea óptima y segura. Hay que definir y completar equipos de trabajo,  tener al día su formación, operativos los hidrantes y actualizados sus sevicias sociales: horarios, oficinas, salarios, dietas, pluses reuniones, etc.
Parece ser bonito ver el fuego desde la lejanía, cualquier desaprensivo podría decir que es un pirómano absorto en su mala obra o un valenciano, desplazado de su tierra natal, recordando la quema de  las Fallas. Pero este tipo de espectáculos debe evitarse, hay que poner los medios, en principio preventivos y luego ejecutivos. Estos medios, lógicamente deben sustentarse en unos presupuestos municipales anuales que debieron elaborarse con antelación, aprobarse, ya que tienen mayoría absoluta, en un Pleno y ejecutarse durante el año.
Mucho me temo que si no tenían el “Gasto: Bomberos” debidamente explicitado en aquellos, deberán reestructurarse y, a la larga, retrasarse. Alargar la puesta a punto de un servicio que la ciudadanía demanda y que los SEIS precisan como agua de Mayo.

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