miércoles, 16 de junio de 2021

¿Qué pasa en Podemos?

Ione Belarra asumirá el control orgánico de la formación –tras disputar el liderazgo morado con los críticos Fernando Barredo y Esteban Tettamanti– bajo el reto de recuperar la sintonía con la militancia y con el fin de conseguir un partido fuerte en los territorios tras los malos resultados en Galicia, País Vasco y, hace un mes, en la Comunidad de Madrid. Esa es una de las «herencias» que ahora asume con gran entusiasmo Belarra y su equipo –conformado principalmente por mujeres–. Belarra cuenta con el aval mayoritario de todos los cargos orgánicos y también con el respaldo de la militancia. Prueba de ello es que multiplicó por diez los avales que consiguió Iglesias en 2020 en tan solo 24 horas, el pasado mes.
Ione Belarra
A parte de la «herencia» que lastra al partido en los territorios, Belarra si recibe una posición favorecedora en el Gobierno. Iglesias dejó todo muy bien atado. Su vicepresidencia en manos de Yolanda Díaz, entendiéndose como una manera de situarla en la mejor posición para aspirar a ser la próxima presidenta del Gobierno, como candidata de Podemos, un cargo que ella, de momento, todavía no ha aceptado. Y, por otro lado, nombrando como ministra de Derechos Sociales a Ione Belarra, dirigente de máxima confianza de Iglesias y que ha pilotado desde el minuto uno la negociación sobre la ley de la vivienda o, por ejemplo, la paralización de los desahucios.
Sin embargo, esta herencia, no coincide con la económica. Siguiendo con el análisis de sus cuentas, el partido registra en 2019 pérdidas de 2,6 millones de euros frente a un beneficio en 2018 de tres millones. Además, su deuda, a corto plazo se ha multiplicado en un solo año por seis. Hace tres años este concepto se situaba en los 435.987 euros, mientras que hace dos en los 2,7 millones de euros.
En 2020, tras el batacazo electoral en Galicia, donde los morados perdieron el total de sus diputados, la merma económica fue total. En las últimas elecciones recibieron cerca de 454.000 euros, al no obtener en los comicios ningún diputado, no recibieron subvención ninguna.
Por otro lado, en Madrid, los malos resultados del 4-M, le arrojaron tan solo un crédito de 668.000 euros al año. El partido había logrado 1,7 millones de euros en microcréditos -aportaciones voluntarias de los militantes-. Esto significa que el partido arroja un saldo negativo de casi 1,2 millones para devolver ahora a sus inscritos.
Y en lo humano, ¿Con que cuenta?.
Si nos fijamos en la foto fundacional del partido, vemos que todos los de entonces han desaparecido. Con la huida de Iglesias, hoy se dice que su portavoz, Echenique, también huye de la escena política para dedicarse a sus labores.
Con Belarra a la cabeza ya tiene, su compañera Irene Montero, un partido de mujeres, solo de mujeres. A la nueva le han puesto las cosas de tal forma que ya, como su ínclita amiga, enseguida aparecerá en la prensa del corazón y el color del partido variara de morado a rosa, más en consonancia.

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