domingo, 15 de enero de 2017

Las calles y sus nombres

La verdad es que, hasta que estos incompetentes e indocumentados miembros del tripartito ovetense, han quitado del callejero de Oviedo la calle que un día bautizaron con el nombre de mi padre, nunca me preocupe ni me interese por quienes, hace casi 50 años se lo adjudicaron. Hoy, haciendo justicia, con lo no hecho, se lo agradezco, tal vez porque ellos lo conocieron mejor que yo y le intentaron agradecer lo que hizo por Oviedo, Asturias y muchos pueblos del Principado.
Solo el rencor y el desconocimiento profundo de un periodo de la Historia de España, que no vivieron les hace, en estos momentos, juzgarla como si en ello fuese la posible la desaparición de la misma. Para bien o para mal existió y si no lo admiten y la desconocen caerán en un tremendo error histórico que solo su ignorancia puede perpetuar: “Quienes no conocen su propia historia terminaran cometiendo sus mismos errores”.
Mi padre, nunca pidió el honor de que se le adjudicase una calle, murió en 1964, y si hoy, otros se la quitan, benditos sean, es algo fatuo que solo sirve, como dijo un compañero mió de esa época, “para emborronar papeles de periódicos”. Para mi su adjudicación tuvo de poca a nada trascendencia pero su eliminación, por esos avatares de lo vida, me ha hecho recordar una época muy feliz de mi vida en Oviedo.
El, como aragonés de vieja estirpe, pensaría aquello de: “Si un día me la pusieron. Otro me la quitaron.
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Nota: Agradezco a La Nueva España y a la periodista Elena Fernández. Pello, hija, sin duda de Darío, la pagina 10 del diario del 15 de Enero del 2017.
Como primicias informativas debo indicarle que D. Marcos Peña era Abogado del Estado y que nombro personalmente a Valentín Masía Alcalde de Oviedo y a D. José López Muñiz Presidente de la Diputación.
La represión de las huelgas mineras del 62 las llevo directamente el entonces Ministro del Interior D. Camilo Alonso Vega y, en determinados momentos el propio General Franco fondeado en el Azor frente a Gijón

Por último, mí padre se llamaba: Marcos Peña Royo. El nombre que aparece en el callejero Marcos Peñarroyo es un error tipográfico perpetuado con los años que el bueno del Tripartito no ha sabido ni solucionar.

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