martes, 16 de febrero de 2021

Tras la justicia, ¿Qué hay ahora?

La justicia y en muchas ocasiones los acusadores, son temas que me asombran. Leyendo los dictámenes judiciales que a menudo pública la prensa, yo me pregunto, a quien beneficia la justicia, al criminal o al inocente. Quien sale ganando, el absuelto por la ley y que ha perdido, con la demora de la misma, su trabajo, su fortuna, su credibilidad o los acusadores que ya han cumplido con su misión de defenestrar a un inocente, a veces con largos periodos de privación de libertad. Quien restituye la honra del inocente.
Ya lo dice la biblia “Por mucho que nos esforcemos es imposible recoger toda el agua de un barreño, cuando esta se ha tirado por el suelo”. Nadie, ni el dinero, pueden restaurar la honra del acusado, denigrado y excluido de su trabajo, para luego ser declarado inocente por los tribunales.

Cristina Cifuentes
Cristina Cifuentes es absuelta en el caso Máster. La Audiencia Provincial de Madrid declara su libre absolución por falta de pruebas de que indujo a la falsificación del acta. La sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes en el llamado caso master al no ver prueba suficiente de que ella indujo a la fabricación del acta falsificada con la que justificó ante la prensa que había defendido un trabajo de fin de master ante un tribunal. 
La Sala concluye que «de lo actuado no ha resultado probada ninguna intervención« de la expresidenta, en el Rectorado »ha hecho ninguna referencia« a ella.
El tribunal da por acreditado que «el desarrollo de ese curso estuvo plagado de irregularidades« igual que entiende probado que en lo que respecta a la actividad como alumna de Cifuentes, constan »un conjunto de incongruencias, relevantes e incompatibles con la actuación regular de un estudiante de postgrado«, si bien ese no era el objeto del procedimiento: no se juzgaba en qué condiciones obtuvo la titulación sino si ordenó o indujo a la fabricación del acta falsificada.
Y ahora ¿qué?, todo el mundo a su casa de rositas. Si es inocente quien fue el culpable que erróneamente la inculpo, quien debe pagar costos y gastos. Quien o quienes deben restituir la honra de la ahora inocente.
Si a esto se le agrega que era política y que el partido que la acusaba, antes en la oposición y ahora en el gobierno está claro que solo intento con embustes degradarla, nos encontramos ante un caso de mala praxis al entremezclar los poderes legislativos y ejecutivos, al margen de lo que el cándido ciudadano, piensa, crea o defienda.
De las tertulias de opinión política, que patearon hasta el fondo a la Cifuentes, de eso, como decían Tip y Coll, hablaremos otro día.

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