lunes, 2 de noviembre de 2020

¿Así se cura la pandemia?

En estos momentos el descontrol del Gobierno es total y absoluto. No solo sale emboscado del Congreso dando a todo y todos la callada como respuesta, sino que es incapaz de contener el descontento popular que por momentos invade nuestras calles.
Primero surgieron altercados en Barcelona, Bilbao, Oviedo, Sevilla, Zaragoza, Santander, Valencia y Burgos, más tarde continuaron en Vitoria, Madrid y Logroño.

Los investigadores no ven un "patrón organizado", pero la Policía estudia un cambio de turnos para enfrentarse a esta otra ola de malestar popular.
El ejecutivo sigue callado. Nadie de los integrantes del camarote de los hermanos Marx ha salido a explicar a los españoles porque sus vecinos salen furibundos a las calles, porque alteran el orden público, deterioran el mobiliario urbano y destrozan propiedades privadas. ¿Qué tiene que ver esto con el coronavirus?
Tienen que ver las mentiras, la incongruencia del Gobierno, su inseguridad la mala forma de procurar soluciones, de explicarlas y, sin lugar a dudas, de dar ellos ejemplo, cumpliéndolas.
Los presidentes autonómicos están desesperados ante la desaparición del Gobierno: "Es un cachondeo", "un disparate". Quien debe dar las ordenes está desaparecido. Sin duda le da vergüenza dar la cara para contarnos otra mentira, por muy piadosa que sea.

Las protestas contra las medidas para frenar el avance del coronavirus se recrudecen en casi todas las capitales de España.
Mientras tanto los datos de contagios por coronavirus cada vez más alarmantes, el ritmo de propagación se mantiene a la alza y los centros sanitarios inician su colapso de camas, respiradores y personal.
Se está pasando de un problema sanitario a otro de orden público y ante ambos la inoperancia del Gobierno no hace más que acrecentarse.
Que lastima, quienes debían pilotar el barco de la Nación, están huyendo como auténticos cobardes, dejando que las ratas coman y destruyan todo lo que había en sus bodegas.

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