sábado, 16 de enero de 2021

Miedo, prevención o engaño

Hoy, mientras dormía plácidamente la siesta y esperaba al meteorólogo, Sr. Roberto Brasero de Antena Tres, comentar el tiempo y mostrar sus magníficas imágenes de la nevada, creí escuchar que, el Parlamento Catalán, en un alarde de mimo, cuidado e interés por sus ciudadanos, había retrasado sus elecciones autonómicas, llevándoselas hasta mayo. Mi señora, al oírlo, se echó a reír.
—Quieren seguir engañándonos como chinos. Que tendrán los de la barretina que no tengan los portugueses. Acaban de confirmar las suyas para el 24 de este mes. ¿Es que a ellos no les afecta el coronavirus? —
Hay que entender que a mi señora, el estado actual la tiene algo desquiciada y las explicaciones del gobierno, los embustes que cada día proliferan más y su incapacidad de nuestro amado Presidente, cada vez más ausente, de decir algo así como: “No tenemos ni idea de cómo manejar la pandemia, ni sabemos cómo evoluciona, ni como muta ni que haremos para controlarla y además esto está ocurriendo en todo el mundo”
Ojo al virus

Pues sí, el Parlamento Catalán, por ocultas razones que nunca se dirán, no desea votar en febrero (deben estar todos tan enamorados que les parece feo usar el día de San Valentín para estas cosas). Son, los pobres, tan desmemoriados que ya no recuerdan que los gallegos y los vascos, si celebraron sus elecciones, con una problemática sanitaria parecida.
Como la cabeza la usan para llevar la barretina y no para pensar, olvidaron que en noviembre más de trescientos millones de estadounidenses votaron para la elección de presidente, ni tampoco, debe ser que leen poco o la noticia está en castellano, que en el país hermano y vecino de Portugal, hay elecciones generales dentro de diez días.

Parlamento de Cataluña
Pero los catalanes, que por eso de tener el poder o de alcanzarlo, hacen lo no escrito, lo más irracional e ilógico del mundo, al enterarse que los socialistas catalanes llevaban de cabeza de lista al incompetente ministro de Sanidad (eso si catalán de pura cepa), están maniobrando para , no impedirlo, cosa impensable, sino retrasarlo con la ilusión que, en la prórroga, el bueno de Illa haga alguna tontería o vuelva a meter la pata con una más de sus opiniones filosóficas, no médicas ni sanitarais, con la que arreglar, desde su óptica, el mayor de los problemas que mi generación ha sufrido .
Tal como venían las cartas, la muchachada del “Proces” veía difícil, aunque no imposible, que podían perder el poder y echaron mano del maligno coronavirus para, de entrada, retrasar la decisión popular y luego, que sea lo que Dios quiera.
Como dijo un líder centroamericano al recibir la carta de independencia de su país. “Esperemos que pasen las lluvias”, pues igual nos cuenta el Parlamento Catalán: “Esperemos que llegue mayo y el tiempo decida”

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