El macho alfa de los morados, cada día lo va teniendo peor. Hace tiempo, en el país Vasco y Galicia, perdió de mala manera. Es verdad que, como su jefe en la mesa del Consejo de Ministros es el mayor caguica del país, hace y deshace lo que quiere, la realidad es que en el pueblo, pierde y pierde apoyos. Le queda la Colau en Cataluña, pero solo hasta el 14 de febrero. Ese día habrá elecciones.
Jéssica Albiach Satorres
Jéssica Albiach Satorres es una periodista y fotógrafa, ha trabajado en el gabinete de prensa de Presidencia de la Generalidad Valenciana, con Levante –EMV y Vocentro, casi siempre en información local. También, ha trabajado en gabinetes de comunicación de diferentes campañas políticas, nacionales e internacionales, así como de distinto ámbito administrativo cómo elecciones generales, autonómicas y municipales..
Fue en 2011, a raíz del movimiento 15M que empezó a participar en las distintas movilizaciones de manera más activa hasta que se afilió en 2014 a Podemos. Empezó realizando tareas de comunicación, dentro de la secretaría de comunicación de Podemos, hasta que un año más tarde decidió dar un paso más e ir en las listas, siendo elegida diputada en el Parlamento de Cataluña.
Fue en 2011, a raíz del movimiento 15M que empezó a participar en las distintas movilizaciones de manera más activa hasta que se afilió en 2014 a Podemos. Empezó realizando tareas de comunicación, dentro de la secretaría de comunicación de Podemos, hasta que un año más tarde decidió dar un paso más e ir en las listas, siendo elegida diputada en el Parlamento de Cataluña.
Jéssica Albiach Satorres
Los morados afrontan el 14-F como un «todo o nada» tras el fiasco de Galicia y País Vasco
En las elecciones vascas y gallegas del pasado mes de julio Podemos vio cómo se desplomaban sus marcas locales en ambas comunidades. Galicia en Común obtuvo poco más de 50.000 votos y ningún diputado cuando cuatro años antes, En Marea (la confluencia avalada entonces por Iglesias) quedó segunda por delante del PSOE con 14 escaños y 273.000 votos.
El destrozo fue importante también en el País Vasco, donde Elkarrekin Podemos perdió la mitad de votos y representantes. Con estos precedentes, la dirección morada aguarda los comicios catalanes del 14-F con la esperanza de que su marca confederal Catalunya en Comú rompa la mala racha y logre representación suficiente para ser influyente en un Parlamente e incluso llegar a gobernar. Algo así como un todo o nada.
No parece la fotógrafa elegida por el macho Alfa de Podemos, un contrincante de peso en el corral catalán en el que los contendientes se tiran a matar a degüello.
Si aquí, de nuevo pierde, tendremos, curiosamente un Vicepresidente que no tiene ningún apoyo popular, eso si, un montón de mujeres con las que, al final, termina tirándose de los pelos
En las elecciones vascas y gallegas del pasado mes de julio Podemos vio cómo se desplomaban sus marcas locales en ambas comunidades. Galicia en Común obtuvo poco más de 50.000 votos y ningún diputado cuando cuatro años antes, En Marea (la confluencia avalada entonces por Iglesias) quedó segunda por delante del PSOE con 14 escaños y 273.000 votos.
El destrozo fue importante también en el País Vasco, donde Elkarrekin Podemos perdió la mitad de votos y representantes. Con estos precedentes, la dirección morada aguarda los comicios catalanes del 14-F con la esperanza de que su marca confederal Catalunya en Comú rompa la mala racha y logre representación suficiente para ser influyente en un Parlamente e incluso llegar a gobernar. Algo así como un todo o nada.
No parece la fotógrafa elegida por el macho Alfa de Podemos, un contrincante de peso en el corral catalán en el que los contendientes se tiran a matar a degüello.
Si aquí, de nuevo pierde, tendremos, curiosamente un Vicepresidente que no tiene ningún apoyo popular, eso si, un montón de mujeres con las que, al final, termina tirándose de los pelos
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