jueves, 11 de marzo de 2021

Donde vas alma de cántaro

Pobre Puigdemon, “Tanto remar para morir en la orilla”. El plenario del Parlamento Europeo ha aprobado suspenderle la inmunidad parlamentaria, tanto a él como a los ex consellers Toni Comín y Clara Ponsatí , por 400 votos a favor, 248 en contra y 45 abstenciones.
Y ahora se oirá su llanto por todos los rincones de su amada Cataluña. No se manifestara, aunque sus incondicionales, para afear aún más la placidez de Barcelona y sus Ramblas, seguro que vuelven a incendiarla, hasta conseguir que ninguna industria, empresa, multinacional o Congreso de peso mundial, asiente en ella sus cimientos.

Puigdemont
Desde ahora a machacar al bendito del Presidente Sánchez. Primero metiéndole un troyano en su mismísimo Consejo de Ministros, encargado de crear tumulto para evitar que el proceso que le lleve a la cárcel, se olvide. El Sr. Iglesias se hace fotos con el huido y admite su actuación, lo que pone, aún más complicado, la normal convivencia en ese extraño “Camarote de los hermanos Marx”. Luego hermanándose con aquellos que por, su culpa, siguen en la cárcel, pero, eso sí, tienen los votos necesarios, en el Congreso de los Diputados, para sustentar en su sillón al acorralado Sánchez y por último lloriqueando por Europa, esa Europa que acaba de darle una patada en sus cuartos traseros y que le recomienda que Kosovos ya hubo uno y aun se están lamiendo las heridas que aquella mala solución les supuso.
Ni alemanes, ni franceses ni belgas ni italianos quieren en su territorio gallitos que les desorganicen su vida y más ahora que deben solucionar problemas de más calado que los del huido Puigdemont.
El ex presidente de la Generalitat inicia su viaje, a ninguna parte, asegurando que en España existe, en su contra, una persecución política, cuando debía estar en la cárcel con aquellos que intentaron montar un golpe de estado. Luego presentara una demanda en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra la decisión de la Euro cámara, “El TJUE es el único que podrá restablecer el severo daño que se ha hecho a la democracia europea al quitar la protección parlamentaria, por razones estrictamente políticas, a tres miembros de este Parlamento Europeo”, sostiene Puigdemont.
En vez de admitir la justicia, que tanto reclamaba, y que le ha ido en contra ahora la afea y la demanda.
Solo conseguirá que el tiempo pase y pase. Más pronto o más tarde el peso de la justicia caerá sobe él y será juzgado en España.
Ni Europa y Bélgica donde vive a cuerpo de rey quieren un parasito que lo único que hace es enmarañar sus relaciones diplomáticas con aquellos países que sol desean lo mejor para Europa.
En su opinión, es “un día triste” para el Parlamento Europeo y, en consecuencia, para la democracia europea, y ha aprovechado para criticar que la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, haya reaccionado asegurando los problemas de Cataluña se resuelven dentro de España.

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