jueves, 4 de marzo de 2021

Que fue de Iñigo Errejón

Tan lúcido que parecía, tan diligente, tan formalito. Ha desaparecido. Tal vez la pandemia, la orden de confinamiento del Gobierno, o algún catarro mal curado lo ha borrado de la escena política.
La trayectoria de aquel antiguo profesor universitario que cobraba sin asistir a las clases, empezó bien, tal vez muy bien, para ir, luego, diluyéndose poco a poco como un azucarillo en el café.
Tras dejar a sus amigos Iglesias y Monedero se arrimó a las faldas de Manuela Carmena para entrar en el Ayuntamiento, creo un partido exclusivamente capitalino, entro en la oposición municipal y ahí sigue.
Que hace, se preguntara el curioso lector, pues nada, cobrar y hacer ricos a quienes lo acompañan.

Iñigo Errejon
Al señor Errejón nunca le interesó Madrid. Aquí nadie le conocía, sólo le conocíamos por el telediario y por sus discrepancias con sus correligionarios morados. Utilizó la Asamblea para buscarse un hueco en la política porque lo había perdido en Podemos.
Como dice la coalición que dirige Madrid, hablando de la forma en la que ejerce Más Madrid su labor de oposición: “es muy radical en el fondo y en la forma. No todos, pero sí los que más intervienen. Intentan desacreditar a la persona y a las siglas. Siempre dan lecciones de éticas, aunque la verdad es que ni ellos mismos las cumplen, son unos estupendos fariseos”
En estos momentos en los que sus viejos camaradas están en ligera capa caída, el portavoz de Más Madrid en el Congreso, Íñigo Errejón, interviene en el pleno, en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, da cuenta de los datos y gestiones del Gobierno en relación a la aplicación del estado de alarma.
Lo hace en mangas de camisa, con los puños remangados, se enfada. Repite lo mil veces ya dicho, no transmite nada, se presenta como un duro trabajador sin chaqueta ni corbata ni gemelos, tirado en el barro, enfangado, con las manos en la masa, en la obra para la que no está ni vestido.
Pero esta salida de tono solo la monta por ver que pesca en el revuelto panorama electoral de la izquierda. Sabe que su partido ni crecerá ni tiene un horizonte más allá de los confines de la Comunidad, o busca ahora nuevos votantes o luego se quedara, como canta la tuna: “Triste y solo “y eso a ese astuto profesor no le interesa.

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