Asturias Paraíso Natural

Ni los que vivimos aquí nos lo llegamos a creer. Asturias según dicen los expertos, es un caso fuera de lo común dentro del mapa de la pandemia en España. El Principado registra la cifra más baja de contagios del país en las dos últimas semanas, que es casi cuatro veces menor que la media española.

Así, sobre el papel, queda muy bonito. En la realidad también. Las causas las desconozco e igual les pasa a los expertos.
No quiere decir que, a lo largo de este caluroso verano, no hayamos tenido las playas llenas, pues mentiríamos. En todas se han habilitados espacios para estacionamiento, a tope siempre, se han mantenido las distancias de seguridad, o lo que es lo mismo, el circulo de las sombrillas y se ha hecho el ridículo con bonitos tapabocas desafiándolo el nordeste vigoroso que ha mantenido el mar como un rebaño de borreguitos.
Botellones pocos, sidra a tope.
Mi señora, devota fervorosa, lo atribuye, en parte a la “Santina” y en parte al haber seguido los periodos de confinamiento a rajatabla, no como madrileños, catalanes o andaluces.
No ha habido mogollón de brotes y eso que, de forma anómala, el turismo ha rallado hasta cotas nunca alcanzadas. El rural, el urbano, el de acampada o simplemente el excursionismo bien cultural o deportivo.
El buen resultado que está teniendo Asturias en esta segunda ola de la pandemia de coronavirus hay que unirlo, además, al hecho de que es también una de las comunidades autónomas que más pruebas PCR está realizando entre sus habitantes, gracias a la capacidad diagnóstica que ha demostrado a lo largo de esta crisis sanitaria, con el Laboratorio de Virología del Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA) como gran referente y al control ciudadano de los centros de salud de barrio y de distrito.
Asturias se sitúa con una tasa de 228,46 pruebas PCR por cada 1.000 habitantes solo por detrás del País Vasco (273,35), Navarra (253,64) y La Rioja (235,57). Y muy por encima, de nuevo, de la media española que es de 109,74 PCR por cada 1.000 habitantes.
Esta suavidad en la pandemia ciudadana está consiguiendo que, hasta los partidos políticos y sus responsables, hayan entrado en un estado de colaboración que todos apoyen en salir del hoyo y reponer la economía, eso sí, una de las más afectadas por la crisis sanitaria.
Yo rezo a la Virgen de Covadonga porque este mal sueño termine y con el esa tontería de los saludos con el codo, el pie o la inclinación japonesa, que los abrazos, besos y achuchones renazcan de nuevo y sigamos siendo ese paraíso verde y natural aunque llueva, no veamos el sol y tengamos mal vino, perdón, sidra.