martes, 8 de septiembre de 2020

Fusiones bancarias y los defensores del pueblo

La fusión entre CaixaBank y Bankia, a la que el ministerio de Nadia Calviño ha tutelado y tiene su beneplácito. ya que depende del visto bueno del fondo de rescate (FROB) —que tiene el 61,8% de Bankia— y que controla el Ministerio de Asuntos Económicos, le salió ayer un enemigo interno: Unidas Podemos.
Volvemos a estar como en el camarote de los hermanos Marx, unos bogando hacia arriba y los otros hacia abajo, ¿no se pondrán nunca de acuerdo en la mesa del Consejo?.
Así, de pronto, como si ellos fueran a su aire, a su otro aire, La formación morada se opuso a la operación e incluso el ministro de Consumo, Alberto Garzón, reclamó más información. Los argumentos se centran sobre todo en la preocupación por que el Estado no recupere el dinero del rescate a Bankia. No se da cuenta el citado Garzón que ellos son el Estado. Si no lo recupera será por su incompetencia por su mala gestión y el dedicarse a otras, como es su dinero.

Sr. Garzón
El criterio de Unidas Podemos no coincide plenamente con el mensaje que lanzó el Ministerio de Economía en la madrugada del viernes, cuando trascendieron las negociaciones entre CaixaBank y Bankia. Entonces señaló que el FROB analizaría la eventual fusión y tendría en cuenta factores como la generación de valor y la optimización en la recuperación de las ayudas del rescate. La muchachada del Consejo de Ministros sigue sin ponerse de acuerdo. Más tarde dirán que no, que son como un todo único, dirán, como siempre, otra mentira.
Pero el anuncio, revolvió otras aguas, volvió a mostrar el anhelo del Govern de la Generalitat de Cataluña de que CaixaBank vuelva a instalar su domicilio social en Barcelona, después de que en octubre de 2017, en pleno órdago independentista tras el referéndum, la entidad decidiera trasladarlo a Valencia. Tanto el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, como el el nuevo consejero de Empresa de la Generalitat, Ramon Tremosa, expresaron de forma tibia el deseo del Govern de que CaixaBank, que si fructifica la fusión se convertiría en el mayor operador bancario de España, volviera a Barcelona. El primero dijo que sería “bueno”, mientras que el segundo utilizó un “me gustaría” mientras criticaba a Bankia por considerarla “una anomalía en el sector público europeo” por el control que ejerce el FROB en su capital.
Mientras, el presidente valenciano, Ximo Puig, destacó la operación como “un hito muy positivo para la Comunitat Valenciana” y señaló: “Lo lógico y lo razonable sería que la sede de la entidad resultante estuviera en la ciudad de Valencia”. Una afirmación a la que se le sumó la patronal de la comunidad.
Pero los muchachos de Podemos, por boca de su parlanchín Alberto Garzón, solo piensan en subir los impuestos y crear un banco popular y estatal que se hinche de personal inactivo, que desconozca la rentabilidad y eso sí, que les llenen los bolsillos. Que sea el pueblo a quienes esquilmar pero sus ingresos no bajen un ápice.

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