martes, 1 de septiembre de 2020

El espejo de Oviedo

Quien no vivió en Oviedo durante los cuatro años de gobierno tripartito (PSOE-Podemos-IU) tal vez no conozca el proceso de la elaboración, aprobación y posterior ejecución de los presupuestos de la capital asturiana. El decir que en todos los años se hicieron tarde mal y no se cumplieron, sería un halago para ellos.
Su lucha interna, nunca supe el porqué, la falta de criterios, el intento de conseguir objetivos ilusorios e imposibles, y los desencuentros políticos mucho más allá del salón municipal, hacia que, año tras año, se retrasasen y, pese a tener mayoría en el consistorio, no se aprobasen o se hiciera muy fuera de fecha. El resultado era que, a la larga, no servían para nada.

María Jesús Montero y Pablo Iglesias
Si ahora nos fijamos en el gobierno de la nación y en quienes ocupan los sillones del Consejo de Ministros, de donde deben de salir los primeros presupuestos auténticamente suyos (hasta ahora seguimos con los que se aprobaron durante el gobierno anterior), los desacuerdos con Podemos están retrasando 'sine die' los Presupuestos, sus exigencias demoran el calendario de Hacienda y ponen en duda que las cuentas estén aprobadas en Septiembre.
Esta programación está en el aire porque el Ejecutivo ni siquiera tiene fecha para remitir a la Cámara Baja el techo de gasto, que es el primer paso para la elaboración de los Presupuestos, previsto inicialmente para después del verano
El objetivo del Ministerio de Hacienda era aprobarlos y enviarlos al Congreso cuando corresponde, es decir, a finales de septiembre, para que tras los tres meses que requieren de tramitación tengan el visto bueno de las Cortes antes de fin de año, pero Hacienda aún no tiene fecha para aprobar el nuevo techo de gasto.
Este cambio en el procedimiento, con el que el partido de morado intenta no quedar políticamente orillado y marcar terreno frente al acercamiento de Moncloa a Ciudadanos, supone un nuevo hándicap que aleja la posibilidad de que los Presupuestos estén en las fechas deseadas.
Es una cuestión prioritaria, no sólo porque afecta a la cohesión del Ejecutivo en un asunto fundamental, sino porque Moncloa ha diseñado un arranque de curso centrado en la petición de unidad política e institucional y quien primero debe dar ejemplo es el Gobierno.
Desde el Ministerio insisten en que Montero "hablará con todos" para sacar los Presupuestos con los máximos votos posibles. Y ésa es la posición oficial, pese a los vaivenes de los morados y las dudas de lo qué hará ERC, volcado en una hipotética carrera electoral, de unas elecciones que el Sr. Torra ha anunciado pero no ha convocado y que alejan a los independentistas de Sánchez, mas ahora con la reciente aparición del nuevo partido de Puigdemont y la ruptura del que venía, el PDECat.

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