jueves, 3 de septiembre de 2020

Republica catalana

Los partidos independentistas catalanes se cran y desaparecen en función de la ambición de poder, y de dinero (no hay que ver más el 3 % o el gobierno en el exilio en Bélgica) de sus creadores.
Ahora Carles Puigdemont, delfín de Mas y futuro presidiario si pisa suelo español, abandona el PDECat, rompe el partido y sin duda piensa en las próximas elecciones catalanas.
Muy mal deben ir las cosas porque, aun en el caso de ganarlas, no le veo con ganas de ingresar en prisión.
Final esperado entre Carles Puigdemont y el PDECat en los últimos años. El expresidente catalán ha anunciado este lunes que deja de ser militante del partido heredero de Convergència. Con este paso, el líder secesionista ha puesto la última piedra a su plan para doblegar, aislar y dinamitar su antigua formación. La salida de Puigdemont ha ido acompañada por un nuevo rosario de bajas, entre ellas las del actual Presidente Torra

Artur Mas
El rosario de deserciones es también doloroso en el ámbito territorial, donde se han dado de baja algunas directivas «enteras», como es el caso de la comarca del Alto Ampurdán (Gerona), allí ha dimitido la cúpula local en bloque. No obstante, desde el PDECat afirman que solo se han dado de baja el 7% de sus asociados.
El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha decidido por el momento no alinearse con Carles Puigdemont, que ha arrastrado un alud de bajas en el partido heredero de Convergencia a raíz de la polémica abierta por el registro de la marca Junts, y seguirá en la militancia del PDECat.

Artur Mas y Puigdemont
Los viejos amigos, los compañeros, los beneficiarios del 3%, se están rompiendo. Cada uno a lo suyo. Solo ellos saben su estrategia. Un pito les importan los auténticos catalanes independentistas o los amantes, como Pere Aragones de la Republica. Uno por recuperar la pasta perdida y el otro por huir de la cárcel.
Esperemos al otoño, a las elecciones se destrozaran los antiguos componentes del CDC o los republicanos de Ezquerra se llevaran el gato al agua. Y si al final ninguno lo consigue.
Veo al bueno de Pere haciendo republicas y republicas, no una por cada catalán, pero si más de una por cada provincia.
Con la pandemia, los contagios, el paro galopante, y la caída económica no termino de entender a estos señores que solo piensan en lo suyo, sobre todo en la pasta perdida.
Que esa unión y amor por el “proces” no acabe llevando a esta emblemática comunidad a la ruina y al desestre económico mas pavoroso de la historia. De cualquier modo ellos solitos se lo están buscando.

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