martes, 15 de septiembre de 2020

Que diría el poeta

Está claro que el pobre poeta (Bécquer) estaría en estos momentos en la cárcel por exaltación al acoso. Pensar en rimas y encima escribirlo, pedir una mirada, un beso. Nuestra Ministra Irene Montero lo habría ya quemado en la plaza pública, no solo sus obras sino hasta al propio escribano por publicar tales ideas lujuriosas, pervertidas y abyectas. Eran otros tiempos y esto no pasaba, corría por entonces el siglo XIX.

En la Macro encuesta del Ministerio de Igualdad se muestra el machismo en todas sus formas: en el se lee, por ejemplo, que un 57% han sido víctimas de tocamientos, miradas lascivas o ‘stalking’, un 57,3% de las españolas de 16 o más años (11.688.411) han sufrido cualquier tipo de violencia* a lo largo de su vida y, un 19,8% en los últimos 12 meses
En este estudio se incluyen todo tipo de violencias, desde una mirada callejera a una violación con violencia y daños, hasta la muerte.
Este año, la consulta realizada por la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género ha querido ir más allá y ha preguntado por primera vez a las entrevistadas (9.568 personas) sobre otras formas de violencia sexual, esto permite concluir, al Ministerio de Igualdad, que una de cada dos mujeres (11,6 millones, un 57,3%) ha soportado violencia sexual por el mero hecho de serlo. Esta última cifra es global y comprende desde conductas más o menos severas como miradas lascivas, tocamientos, envíos de imágenes para intimidar, stalking (acoso continuado vigilando de forma permanente a la víctima), entre otras, a violaciones.
Se interpela a las entrevistadas sobre si han soportado miradas insistentes, si han recibido fotos o imágenes sexualmente explícitas, bromas sexuales o insinuaciones inapropiadas en las redes sociales que les hayan hecho sentirse ofendidas o humilladas. También, se pregunta por amenazas con consecuencias desagradables en su trabajo, como despidos si se rechazan propuestas sexuales y si se ha tenido contacto físico no deseado como tocamientos.
Ante estos datos, en los que las miradas, bromas e insinuaciones se computan como violencia contra la mujer, la ministra de Igualdad, Irene Montero, reconoció durante la presentación de la macro encuesta: “Es evidente que necesitamos hacer una autocrítica severa. Necesitamos políticas públicas concretas, porque somos conscientes de que la respuesta institucional es insuficiente”.

Tanto como insuficiente no diría yo, de entrada cierto cocinero con amplia audiencia y más de treinta años en diferentes cadenas nacionales, que solía adornar sus recetas con chistes y anécdotas, picantillos, como sus platos, ha dejado por consejo de las altas esferas, usar este ingrediente en sus programas, una pena, los chistes eran malísimos pero tenían su gracia.
Igual que a él le sucederá a cientos de poetas, cantantes y cantautores, en más de la mitad de sus letras, su contenido podrá considerarse violencia contra la mujer y deberá aplicarse sobre ellas todo el peso de la ley de la muy noble señorita Montero

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