miércoles, 2 de septiembre de 2020

Un no político separatista en política y en el Gobierno

Teniendo como padrino al líder de Podemos y vicepresidente, Pablo Iglesias, que le eligió para el cargo, no es extraño que pasen estas cosas.
Siempre lo he dicho y generalmente la historia termina dándome la razón. Hay personas que son magníficos profesionales pero nefastos políticos. Su caso es la más clara confirmación del hecho. El haber sido de izquierdas, estado exilado, primero en Francia donde participo en el Mayo del 68 y luego en EEUU, terminando en Cataluña, no es suficiente para dirigir, políticamente, más a su edad y con la pandemia que nos rodea, el Ministerio de Universidades.

Manuel Castells
En ocho meses en el cargo, al margen de asistir a los Consejos de Ministros, solo una rueda de prensa y escasa o nula participación en la elaboración de una normativa para el comienzo del curso universitario.
Durante la pandemia ha estado desaparecido en combate, solo en el debate de la quinta prorroga del estado de alarma, cuando ya estaba todo el pescado vendido, intervino en el Congreso.
Ahora empieza el curso y los universitarios ven arrancar el año sin su ministro. ¿Dónde se ha metido Castells con la que está cayendo?¿Qué le ocurre? Su actividad de comunicación es deliberadamente nula y su poder competencial —como reconoce con sorna— prácticamente ninguno. El ministerio tiene poco más de un centenar de funcionarios y un presupuesto escaso, pues sus becas las gestiona el Ministerio de Educación.
Los sindicatos critican su falta de diálogo para discutir el estatuto del PDI (personal docente investigador) y lo paradójico que es que una persona que afirma no querer saber de ruedas de prensa y comparecencias, siga publicando como sociólogo. Eso si, critico en público la separación en dos del Ministerio de Ciencia y Universidades. Dejando muy claro su desacuerdo. Las altas expectativas pronto se apagaron. Hubo un primer y único desayuno de prensa a mediados de febrero y su equipo explicó entonces —él no apareció— que la intención de Castells era quedarse en la trastienda. Desde abril se ha prodigado algo en los medios, pero más como contertulio de lujo en alguna radio y televisión que como ministro de Universidades. Ha contestado por escrito a cuestionarios de varios periódicos y ha dejado claro que jamás abrirá un perfil en Twitter.
Su acción como político, en este periodo convulso, cero de cero. Eso sí, como dije antes, sigue publicando como sociólogo y viendo pasar los toros desde la barrera, como si lo que le han encomendado y el aceptado, la gestión y gobierno de las universidades, no tuviesen que ver nada con su persona.
El Ministerio de Universidades ha informado, este lunes, que el ministro Manuel Castellsno podra acudir finalmente a la Comision Delegada de la Conferencia General de Politica Universitaria, en la que se va a tratar el inicio del curso académico, después de que el pasado viernes 28 de agosto se sometiera a una operación quirúrgica "de carácter no grave pero sí urgente".
Le deseamos lo mejor, pero como siempre dije, y soy de su edad, a cierto años no deberíamos meternos en estos berenjenales políticos que lo único que hacen es machacarnos la salud.

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