jueves, 15 de octubre de 2020

Aprobar por la cara

“Ni al que aso la manteca” se le ocurre lo que legisla nuestra ministra de Educación. Parece ser que ahora se puede aprobar el bachillerato acarreando un saco de suspensos. Lo dice ella y se queda tan ancha. Da la impresión que en su juventud lo paso muy mal para pasar de curso y ahora desea que los niños no terminen con ese trauma aunque finalicen sus estudios sin saber nada de nada. Eso para ella, y el Gobierno, es intranscendente. Ahora se asciende a dedo. Se dirigen ministerios sin saber, como desea la Ministra, nada del tema, como el Sanidad, sin ir más lejos.

Isabel Celaá, Ministra de Educación
Ahora resulta que lo que legisla la Ministra, ni los suyos se lo creen. Si bien Madrid, Galicia, Andalucía, Castilla y León y Murcia Comunidades del PP rechazan el plan de aprobar el bachillerato con suspensos, otras del PSOE, como Navarra y Aragón, tampoco le dan el visto bueno.
Según la ministra y sus ideas, los contenidos mínimos dejan de ser competencia del estado. ¿Esto supone que los asturianos no deben estudiar el Guadalquivir por no estar en sus territorios, ni los Pirineos, ni el mediterráneo, que no baña sus costas?
Tampoco queda claro si es cada centro el que decide qué es lo que tienen que aprender sus alumnos o son las comunidades autónomas. La medida, en cualquier caso, generará diferencias de nivel por territorios y una bajada del nivel, porque se aprenderán menos contenidos que otros años.
Al margen de eso, con lo que me costaron a mi aprobarlas, el Gobierno, por boca de la Sra. Celaá, suprime las evaluaciones de final de etapa, cayendo nuestra futura educación en un vacío legal al no poder recurrir, en el futuro, a los indicadores internacionales de Pisa, Timms y Pirls. Lo hace, sin duda, para que el mundo no se dé cuenta que nuestro sistema educativo es el peor de los existentes.
"Respecto al calendario escolar, se considerarán días lectivos todos aquellos en los que se preste atención y apoyo educativo al alumnado, sea de forma presencial o a distancia", dice el decreto. Esta medida generará problemas cuando los alumnos tengan que ponerse en cuarentena y no se les dé clase telemática. Celaá ha dicho que es obligatorio seguir impartiendo la lección a los estudiantes confinados, pero en la práctica no se está haciendo.

Estudiar. ¿Para qué?
Como colofón, el real decreto permitirá, "de manera excepcional y temporal", la contratación de docentes que cumplan con todos los requisitos pero que aún no hayan cursado el máster específico o el curso de aptitud pedagógica (el antiguo CAP) si no hay suficientes aspirantes para el puesto en la lista de interinos. Esta medida surge porque no hay profesores suficientes en algunas ramas de Secundaria, FP, Música, Artes Escénicas, Artes Plásticas y Diseño y Escuelas Oficiales de Idiomas. El real decreto concreta que la continuidad en el ejercicio de la docencia, así como el eventual ingreso posterior en la función pública exigirá estar en posesión del máster de posgrado. Los sindicatos de profesores, los inspectores, los rectores y los decanos se oponen frontalmente porque dicen que empeorará la calidad de la enseñanza y acusan al Gobierno de "falta de previsión".
Está claro, nuestra enseñanza será la peor, la que han dispuesto los genios del Gobierno que parecen, en esta materia, tampoco tener idea de nada.

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