Peor, imposible.

Hoy, nuestros políticos, estarán en el Congreso discutiendo, no de futbol, ya que al parecer serán las damas del Gobierno quienes respondan a Vox (el Vicepresidente las envía para demostrar que en estas algaradas se envían a personal de segundo nivel) sino de nada, de algo sin futuro, de un hablar por hablar.
Mientras tanto la Presidenta de la Comunidad Foral de Navarra con un registro de 574 casos de coronavirus, muy superior al habido en Madrid, ha decidido confinar a toda su comunidad.
Chivite, con este acto echa una mano a su presidente que hace poco la impuso en Madrid. Marca la senda para que otras comunidades, opuestas a la intervención en ellas del Gobierno. Léase País Vasco, Cataluña, Valencia y Aragón, con registros, también, muy altos, eviten la misma intervención que se hizo en Madrid.

Presidenta de la Comunidad Autónoma de Navarra

Sin duda alguien se preguntara, pero esto no debe interesar a los políticos, si es la Comunidad Autonoma quien declara este estado de excepción, la aplicación de los ERES, de quien depende, quien los aprueba y conque fondos se pagan. A la larga serán los sufridos trabajadores, a los que Podemos quería enriquecer, quienes terminen pagando.
Con estas perspectivas y los descontroles sanitarios, educativos y económicos a los que el Ejecutivo es incapaz de poner en orden, no es de extrañar que España es el país europeo, entre los países desarrollados, que más está acusando los estragos de la crisis. Si a esto se añade la vulnerabilidad a la dependencia del turismo y y el severo confinamiento a las empresas, por lo general de tamaño reducido, nos encontramos ante una retahíla de problemas estructurales, nunca resueltos, a los que este gobierno ataco y ahora es incapaz de solucionar.

Presidente del Gobierno

La inmovilidad absoluta que el Gobierno decreto durante la primera ola para frenar contagios y transmisiones y que en su día dio sus frutos pero hundió la economía, termino siendo agua de borrajas y tema de debate político insustancial ante la temprana aparición de la segunda ola.
El Presidente, Vicepresidente y el Equipo Sanitario, da la impresión que ya han tirado la toalla. El control del virus se les ha ido de las manos; ahora hay que echar la culpa a los Gobiernos Autonómico, castigar aquellos que no estén de acuerdo con sus normas, papel que ni ellos se lo creen ni cumple.

Hoy discuten una moción de censura. Todos irán a desacreditar al contrario. El Gobierno enviara a sus cluecas a vociferar y los contrarios les lanzaran a la cara los errores, fracasos, cambios de opinión y despilfarros económicos ocurridos durante la primera y segunda ola. De los muerto, miles de muertos, nadie dirá nada. Puede que alguien hasta proteste por la proliferación de banderas de España que últimamente están floreciendo en muchos parque públicos en recuerdo y cariño hacia quienes nos dejaron.