jueves, 29 de octubre de 2020

Irene la mete patas

Al día de hoy no veo en la Ministra Montero ninguna cualidad, ni intelectual, ni científica ni política que pueda avalarla para ocupar el puesto que ocupa, eso sí, es la concubina del Presidente de su partido y la que más insulta y vocifera en su escaño parlamentario.
Como Ministra tiene, entre otras muchas ventajas, sobre todo económicas, el poder dar ruedas de prensa, decir lo que se le ocurre, dar datos erróneos y no contrastados con la realidad. Con todo ello engaña a los cada vez menos incondicionales que la apoyan (muchos de ellos pagados con dineros públicos) y cada vez más sale en las páginas picarescas de la prensa rosa.

Ministra de Igualdad
Hace poco, la buena de Irene, comunico a la prensa que la principal preocupación de los españoles era la Monarquía. Pese a la rotundidad de tal idea, el CIS la desmintió sobre la marcha aclarándole que solo el 1,1% de la población piensa que ese es uno de sus grandes problemas.
La Ministra, en su casoplón de Galapagar y su sueldo estratosférico, no contempla la crisis económica existente, los problemas de salud derivados de la Covid-19, el paro, y el mal comportamiento de la clase política a la que ella representa.
Tras esta machada descomunal para alguien en su cargo, y por aquello de estar ya obsesionada con lo absurdo, ahora nos sentencia que el color rosa de los juguetes “oprime y reprime “ a las niñas.
El ministerio que con hábil mano dirige, saca un informe insustancial y polémico, acusando a la industria del juguete por “abusar” de tal tonalidad y lo hace ahora, a dos días escasos de iniciarse la campaña navideña. Uno, con su cortedad de miras no entiende como el color azul, sin embargo, no oprime a los niños. Sera que somos muy raritos.

Su equipo ministerial ha elaborado un extenso informe (de más de 200 páginas), en el que no solamente ataca a los colores sino que encima la juguetería femenina sexualiza a nuestras niñas. Pienso que sus asesores están tan traumatizados que ya empiezan a confundir la ilusión y la fantasía de la niñez con la represión, la opresión y el sexo que es, sin duda, lo que ellos si tienen en la cabeza.
Por cierto, la mascarilla rosa, ¿También oprime la nariz?

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