jueves, 1 de octubre de 2020

Fiscalía Anticorrupción

Vivir para ver. Después de más de ocho años de estudios, ni se sabe la de horas gastadas y pagadas por el dinero nacional. Tras haber arruinado la vida, el prestigio y la honorabilidad de 33 personas juzgadas y condenadas por la Fiscalía Anticorrupción, resulta que ahora todo lo entonces hecho, “No se fundamentó en actividad probatoria alguna” La sentencia deja en ridículo a la Fiscalía por la falta de evidencias y argumentos en su postura durante el procedimiento.
Todo lo hecho en estos ocho años no sirve de nada. No sé si lamentarlo por los accionistas afectados, por individuos juzgados, condenados y luego absueltos, por el dinero perdido o por la tremenda insolvencia de los jueces de la Fiscalía Especial contra la Corrección. Su tremenda y nefasta actuación hasta aquí nos ha llevado. Seguro que ahora estarán tan ricamente en su casa riéndose de lo no hecho y lo que es mejor, de lo que nadie les pedirá responsabilidades. Algunos tal vez hasta asciendan en su carrera profesional, claro cómo está la dicta el Gobierno y no su valía, la Fiscal General del Estado seguro que les hace un regalito que seque su llanto.

La sentencia del caso Bankia con los reproches y varapalos a la Fiscalía Anticorrupción por la falta de evidencias y argumentos en sus acusaciones, cuestiona el papel del Ministerio Público debido a «la ausencia de menciones específicas» y las «escasísimas referencias» a los implicados durante el juicio, así como la falta de atribución de hechos concretos a cada uno de ellos.
Un golpe tras otro a la Fiscalía en cada uno de los fundamentos expuestos en el texto. «En el acto del plenario nadie los nombró (a los acusados), ni para bien ni para mal, de manera que la mayoría de las personas acusadas cayeron en el olvido en el transcurso del juicio oral, solo recordadas sus identidades por el Ministerio Público en el trámite de conclusiones definitivas para dirigir ahora su acusación contra los que antes acusó y, además, contra los que no acusó, miembros de las Comisiones de Auditoría y Cumplimiento de BFA y Bankia sin que sepamos a ciencia cierta en base a qué obedeció tal cambio de postura ostentada por la Acusación Pública», reza uno de los párrafos. Se refiere a cómo la Fiscalía pasó de descartar la falsedad contable a incluirla más adelante en sus conclusiones.
La «orfandad probatoria», como dice la sentencia, se hace extensible no solo al Ministerio Público sino también al resto de acusaciones en el caso. No hay hechos concretos imputados a los acusados, actitudes genéricas... Así, la Sala no duda en hablar de «las escasísimas referencias que se hacen a las personas sometidas a nuestro enjuiciamiento, consecuencia ineludible de la ausencia de hechos concretos imputados por el Ministerio Fiscal y demás acusaciones a los acusados, los mismos, a los que se dedican, en el mejor de los casos, actitudes genéricas, que no tienen cabida en un relato de hechos probados de una sentencia, condenatoria e impiden desde luego a los acusados defenderse adecuadamente de algo tan etéreo, tan abstracto, tan indefinido, como es la observancia de una actitud».

La lectura de la sentencia por la que han resultado absueltos Rodrigo Rato y los otros 33 imputados por la salida a Bolsa de Bankia sugiere que el trabajo del Ministerio Público ha sido muy deficiente.
A la vista de este fallo cabe preguntarse si ¿No hay en España fiscales lo suficientemente preparados para luchar contra delitos económicos complejos? ¿O es que en España es sumamente complejo condenar los grandes delitos económicos?.
En eso estamos, Pero el Gobierno, como con la pandemia, haciendo su política y sin querer oír lo que les molesta

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