miércoles, 29 de julio de 2020

De charco en charco

No sé si el gobierno va metiendo la pata, por incompetencia, en todas las gestiones que hace, o es una estrategia hábilmente montada, para distraer nuestra atención. En cualquier caso es digno de reseñar.
Ignoro cuándo se instauro la carrera Diplomática, lo que si se es que nuestra Ministra de Asuntos Exteriores no la tiene. Y así le luce el pelo. Tampoco conozco las relaciones de la ministra y el ministerio, pero habiendo tratado a muchos diplomáticos, deben ser malas.
Arancha González Laya
Es un cuerpo muy peculiar, donde el escalafón es su norma sagrada por excelencia y el conocer no solo nuestra política y costumbres es primordial, sino la del resto de países del mundo, es algo que enseñan en la Escuela y que la Ministra no ha estudiado. Así va por la vida pisando todos los charcos del camino.
Después de su viaje sorpresa a Gibraltar, para hablar, de nada, con Fabián, no solo ha logrado enfadar a los ingleses sino que ha conseguido nos apliquen una cuarentena y nos hundan el turismo. Todo con el beneplácito del Dr. Simón, echándole un capote y diciendo en televisión que tal medida le parece acertada, Ahora se va a Turquía y vuelve a meter la patita.
Mevlut Cavusoglu
Los Servicios de Documentación del Ministerio suelen ser de lo más eficaces y los informes que remiten para cualquier viaje, al menos, hay que leérselos. 
Que Laya, nuestra Ministra de Exteriores proponga en Ankara que su templo de Santa Sofía, recién abierto como mezquita, «mantenga su espíritu de casa común para cristianos, católicos y musulmanes», es algo que cualquier diplomático, ni uno recién salido de la Escuela, haría.
El ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu se apresuró a desautoriza a González Laya sobre Santa Sofía, respondiéndole, en plena rueda de prensa,: «No estamos de acuerdo, otras creencias no podrán a venir a rezar». Un tremendo varapalo que pone en manifiesto nuestro descredito en política internacional.
Cosas como estas nunca le sucederían a D. Fernando Morán López, diplomático, escritor y político español militante del Partido Socialista Obrero Español, que desempeñó el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores entre 1982 y 1985, durante el primer gobierno presidido por Felipe González, de él se contaban todos los chistes y meteduras de pata de la época, según las lenguas de doble filo para no entrar así en la labor del Gobierno. Él las tomaba con humor era, aparte de Diplomático de carrera, asturiano de pura cepa. De Avilés para ser mas exactos.

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