Malas
noticias llegan desde Bruselas, tan malas que el Vicepresidente Iglesias ha
tenido que echar mano de su antiguo amigo, fundador y académico, Monedero, para
equilibrar el poder femenino que le crecía bajo los pies y huir del varapalo
Comunitario. Tan negras que tal vez, para poder vivir, haya que morirse de
hambre, o arrinconar nuestro orgullo donde podamos.
Presidente del
Gobierno
El
primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, se ha erigido, en la cumbre
europea que se celebra en Bruselas, como estandarte de las posiciones más
exigentes para aprobar el fondo europeo de recuperación. Rutte
parece resignado a que buena parte de ese fondo se destine a subsidios. Pero exige,
como contrapartida unas “garantías absolutas” sobre las reformas que acometerán
los países beneficiados a cambio de las multimillonarias ayudas. Y entre ellas
cita expresamente, para España: las de pensiones, el mercado laboral y el
exceso de políticos
y funcionarios. A modo de ejemplo, siendo menor en extensión y población que
tiene Alemania la doblamos en número de políticos, con sus correspondientes
gabinetes y asesores. Con menos riqueza que ella, mantenemos un Gobierno
Central y 17 Autonómicos, algunos de ellos con ganas de independizarse, aspecto
este muy en contraposición con Bruselas, sobre todo los franceses.
Los países más
reticentes que se llaman a sí mismo «frugales»,
capitaneados por Holanda, junto a Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia,
quieren reducir en 50.000 millones la cuenta de lo que se quiere dedicar a las
subvenciones directas a los países más afectados por las consecuencias de la
pandemia. También quieren una reducción similar del presupuesto comunitario, y
garantías de que los países del sur harán reformas específicas para que sus
economías sean más competitivas.
Fuentes
españolas recordaron que nuestro país no tiene miedo a las reformas y las está
haciendo, “En transición ecológica, por
ejemplo, estamos a la vanguardia”. Pero esas mismas fuentes advierten que
las reformas exigibles, como condición para acceder al fondo de recuperación, “deben estar ligadas al impacto de la
covid-19”. España no parece dispuesta a admitir que la ejecución del fondo
se convierta en una especie de rescate encubierto, como parecen pretender los auto
designados frugales. No quiere meter las pensiones en la ecuación, porque no
tienen relación directa con la crisis del coronavirus. En cuestiones laborales,
en España aún está vigente la durísima reforma de 2012, impulsada entonces por
Bruselas, y que Sánchez tiene, en su programa de Gobierno, la idea de
suavizarla, no endurecerla como pretende Rutte.
Ministra de
Trabajo y Economía Social
Si
a todo lo anterior y como, en su camarote de los hermanos Marx, tiene la
oposición frontal de su Vicepresidente y su Ministra de Trabajo y Economía
Social, esta última con una factura bajo el brazo de las prestaciones por los
ERTES de cerca de 25.000 millones de € estamos ante un escenario de lo más
triste pese a que como dice nuestro Presidente nos movemos en la cabeza de la
transición ecológica cosa que ni los países frugales nos lo puede negar.
Dentro
de muy poco lo sabremos, se espera que Bruselas se decida ya mismo, lo posponga
para más tarde o termine haciendo lo que Mark Rutte y los Países frugales
desean.
Para
nosotros mal en todos los supuestos y para el Gobierno de Sánchez, con su
anecdótica troupe de ocupa sillones, otro fracaso más que añadir a su muy
amplio currículo.
Al
final se llegó a un acuerdo, Mark Rutte y los Países frugales se llevaron el gato
al agua. Ellos controlaran la distribución y utilización de los fondos. Lo que
ellos digan habrá que cumplirlo, o cerraran el grifo. Que Dios reparta suerte
No hay comentarios:
Publicar un comentario