domingo, 19 de julio de 2020

No tienen nada mejor que hacer.

Hay individuos, por lo general políticos, que en estos momentos de crisis sanitaria y económica, al no verse afectados por ninguna de las dos se dedican hacer tonterías.
He leído que, en un alarde de imaginación creativa, los Sres. Torrent y Maragall, han tenido una idea genial: “querellarse contra el exdirector del CNI por el espionaje de sus móviles” específicamente contra el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sánz Roldán por el supuesto espionaje a sus teléfonos móviles
Roger Torrent. Presidente del Parlament
Según estos preclaros políticos, “hay evidencias y unos indicios contextuales y factuales que les han hecho dirigir la responsabilidad hacia el CNI”. Por ejemplo, según Torrent, el hecho de que NSO, la compañía israelí que vende el programa usado para este tipo de ataque, solo venda el software a gobiernos y servicios de inteligencia. El Sr. Torrent no se da cuenta que en la actualidad, hay en el mundo 194 países soberanos reconocidos por la ONU con su propio gobierno y completa independencia. Además con sus correspondientes servicios de inteligencia. Comprendo que el contenido de los móviles de tales preclaros políticos incite a esta cantidad de países a investigar en sus tripas. Lo que no entiendo es porque solo se centra en uno. Debería poner esa demanda a todos. Sobre todo a los israelitas por haber patentado y vendido, a los países, el procedimiento.
Sin duda el largo confinamiento, los múltiples rebrotes, que en estos momentos aparecen en su autonomía y la desaparición e incompetencia de su Presidente Autonómico, le hagan desbarrar en temas de telefonía móvil o puede ser que, la rocambolesca aventura del Vicepresidente del Gobierno Sr. Iglesias que, como ustedes, la está liando parda con otro móvil, en su caso con el affaire de su compañera, amiga y secretaria (según la prensa canallesca, aparecen en el  ambos en actitudes poco decorosas), les anime a imitarlo en este sentido.
Ernest Maragall. Portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona
Sres. Torrent y Maragall, creo que el desmedido interés de esos 194 países, que pueden haberles hackeado sus móviles, estuviera -es posible- en su contenido delictivo. A mí los rusos, estadounidenses y chechenos me controlan el ordenador, al no saber evitarlo y no tener en él nada problemático, no me enfado y, menos aún, pienso querellarme contra nadie.
Deseo fervientemente que esta pataleta de patio de colegio se les olvide con el buen tiempo, que el coronavirus abandone su bella Cataluña y que usen los teléfonos para llamar a los amigos, no como almacén de datos que pudieran ser conocidos por esos 194 países del mundo y, peor, por sus servicios de inteligencia, más aun si son del Mosad o Mossad ("Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales" de Israel), un peligro.

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