Sr.
Sánchez, lo veo estudiando de nuevo, en este caso hidrogeología. Para que tenga
una idea de uno de nuestros grandes ríos le cuento que: está en
el noreste de la península ibérica, es el segundo más largo de esta, tras el Tajo y el más caudaloso del País. Discurre enteramente por España. Entre
los ríos que desembocan en el mar Mediterráneo solo es superado en longitud por el Nilo.
El Ebro atraviesa siete comunidades autónomas
españolas: Cantabria
(donde nace), Castilla y León, La Rioja,
País Vasco,
Navarra, Aragón y Cataluña (donde
desemboca). Además, su cuenca hidrográfica también drena territorios de la Comunidad Valenciana (río Bergantes) y Castilla-La Mancha. Dos capitales de comunidad autónoma, Logroño y Zaragoza, son
bañadas por el río.
Presidente de la
Autonomía Aragonesa
Como ve ni el desarrollo hídrico superficial,
ni mucho menos el subterráneo, se acoplan a la distribución autonómica sino que
se rigen por cuencas hidrográficas, que por lo general incluyen diferente
regiones, no siempre gobernadas por el mismo partido y mucho menos con
problemas, tanto de sequias como de inundaciones, similares.
Hubo una experta compañera de su partido que,
siendo ministra, quiso solucionar este problema con desalinizadoras. Se gastó
un pastón y ahora no tenemos un problema sino dos.
En
este momento en el que, desgraciadamente para los españoles, le llueven los
problemas y es incapaz de resolverlos, le surge, como por encanto la
puntualización de su hombre en Aragón, y sus seis votos en el Congreso, que le avisa de
llevarlo a juicio si aprueba el trasvase del Ebro a Santander, autonomía en
el que nace y discurre el rio, para dar agua a su capital y regar algunos de
sus terrenos más deficientes. Obra inadmisible, para usted, ya
que convertiría en permanente una transferencia de aguas
que debería ser coyuntural.
Presidente de la
Autonomía Cántabra
Este
proyecto de trasvase ha reabierto la vieja «guerra del agua» entre comunidades.
En este caso, entre dos regiones que, además, comparten cuenca hidrológica, la
del Ebro. El problema es que Santander no pertenece a la cuenca del Ebro sino a
la del Cantábrico, de ahí que, por mucho que el gran río nace en Cantabria,
llevar sus aguas a la capital tiene la consideración técnica y jurídica de un
trasvase entre cuencas que son rechazados sistemáticamente por Aragón.
En el
pasado, Santander se ha beneficiado de las aguas del Ebro, pero con carácter
momentáneo, cuando las circunstancias excepcionales así lo requerían. El
presidente de Aragón sostiene que ese tipo de trasvases no solo choca contra lo
dispuesto en el Estatuto de Autonomía de Aragón sino también contra la
legislación medioambiental europea. El Sr. Lambán ha indicado que recurrirá
judicialmente este tipo de trasvases ya que tenemos «nuestro legítimo derecho a
que el agua del Ebro transcurra íntegramente y se utilice exclusivamente centro
de la cuenca del Ebro».
El Sr.
Revilla no es del PSOE, pero les da, hasta ahora su voto en el Congreso de los
Diputados. Se la jugara dando la razón al uno o al otro. ¿Qué voto le interesa
más para mantenerse en la poltrona? ¿Aragón o Cantabria?
Tras las
elecciones gallegas y vascas, con la pérdida de poder popular de su cayado y el
poco respaldo de la ciudadanía, ¿A qué carta se quedará, Sr. Presidente? ¿Al
agua de Aragón, a la de Cantabria o a la de Cataluña que siempre veto cualquier
tipo de trasvase del Ebro?
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