Se
puede hacer el ridículo, pero lo que está haciendo nuestra amada clase política
supera cualquier hito en la estupidez humana. Que se sepa, o al menos así viene
en sus respectivos portales de transparencia, todos, o casi todos, han cursado
estudios superiores, tienen un tropel de asesores y cientos de gabinetes
técnicos, que cuestan una pasta, a los que ni preguntan ni obedecen.
En
estos momentos, superada ya la fase álgida de la pandemia, surge un rebrote en
Lleida.
Primero
el Presidente de la Generalidad declara el estado de confinamiento total de la
zona, luego una juez local juzga ilegal, tal decisión.
Prsidente de la
Generalidad Catalana
Por
último, hasta este momento, el Sr. Torra
dice que lo que marca la justicia se la trae floja y no lo acata.
Para
cerrar el extraño círculo de malentendidos nuestro ministro de Sanidad Sr. Illa
y nuestra vicepresidenta primera del Gobierno, Sra. Carmen Calvo dan la
razón el gobierno catalán y se la quita a los jueces
La Justicia
Y
en esa estamos, querido lector. ¿A quién hacer caso? Debemos cumplir lo que
dicen los políticos o lo que dicen las leyes.
En
esta incompetencia de nuestros jerarcas, dentro de poco no habrá que pagar
multas, llevar mascarilla o abonar los alquileres, da la impresión que a ellos
solo les interesa la poltrona, pero las leyes, aunque las hayan votado y
aprobado en el Congreso de los Diputados, son lo de menos, no sirven para nada.
Constatamos,
una vez más, que nuestro ejecutivo se maneja como el famoso “Camarote de los hermanos Marx”. Algunos
se empujan, otros fuman puros, los más agudos se arriman a las damas, pero
todos quieren salir en la foto y que el pueblo se j….
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