martes, 25 de agosto de 2020

Al gobierno, se le acabaron las vacaciones

Que mala suerte, a nuestro sufrido y denostado gobierno se le ha acabado su descanso estival. Hoy regresan al trabajo. Llegan morenitos, recién salidos de la peluquería, importándoles un comino que en estas sus relajadas, apacibles, largas y, en muchos casos gratuitas vacaciones, en las que más de la mitad de sus ciudadanos o, no las haya tenido por falta de recursos económicos, o las han pasado confinados en sus respectivos lugares de residencia, o las vieron tras los cristales de un hospital o velando, por desgracia, algún familiar fallecido, pasará lo que paso.
Pero se les ve felices. El Presidente desde Doñana y Lanzarote. Allí los cerca de 90.000 positivos del Covid-19, le sonaban a música celestial. Curiosamente veraneo menos el pasado año cuando negociaba en el Congreso su investidura, que cosas tiene la vida.

Presidente del Gobierno en Lanzarote
La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, según fuentes de Moncloa, encargada de ejercer la guardia, ha estado totalmente desaparecida y, su primera aparición ha sido fuera de España para homenajear al último superviviente en el campo de concentración de Mathausen. Loable actitud.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la titular de Hacienda, María Jesús Montero, han disfrutado de sus vacaciones en la costa gaditana. Pero ni una mención a las cifras alarmantes de la economía, las cuentas que reclama Bruselas y con los Presupuestos del Estado en el aire
Con la Seguridad Social en números rojos y muchos empresarios en quiebra. ¿Dónde está el ministro del ramo, José Luis Escrivá?. Nadie lo sabe.
La ministra de Trabajo, la comunista Yolanda Díaz, Ajena a todo, descansa en las costas gallegas, donde según los vecinos, tiene una más que confortable casa en El Ferrol.
Al ministro de Sanidad, Salvador Illa, se le ha visto practicando senderismo por el Matarraña Turolense, en el bajo Aragón, una de las comunidades más azotadas por la pandemia. Y por las que el titular de sanidad ha pasado sin una sola visita o una sola reunión con los afectados y profesionales del ramo.
La potentada ministra Isabel Celaá, a tenor del patrimonio declarado en el Congreso de los Diputados, se ha recluido en su lujosa residencia vasca de Neguri, ajena a millones de familias que desconocen cómo se afrontará el próximo curso escolar.
Y la guinda, la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, tercera autoridad del Estado, y su pareja, el ministro de Justicia Juan Carlos Campo. Ambos fueron vistos y fotografiados en las costas gaditanas de Barbate.

Presidente del Gobierno y Sra.
Ante la mayor crisis de España: «Tenemos un Gobierno de vacaciones y en la playa»
El país está aterrorizado con los rebrotes y la mayoría de los 22 ministros del Ejecutivo lo observan desde el mar.
Lo peor es no dan ni ejemplo El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, dialoga con ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en una playa de Cádiz, a pecho descubierto y sin mascarilla ni distancia de separación social, ¿Serán pareja de hecho?.
Pedro Duque, ha sido fotografiado en las costas alicantinas de Jávea, donde disfruta de una exclusiva villa, sin mascarilla y junto a unos amigos, también políticos, en idéntica pose. Muchos científicos españoles, líderes en la lucha mundial contra el coronavirus y que no han podido disfrutar de vacaciones, denuncian la falta de previsión y protocolos específicos ante el desastre que se avecina: «Este ministro sigue en la luna, dicen».
Pedro Sánchez, por fin, ha llegado a la Moncloa, se supone que agotado por su periplo veraniego. Con la economía destruida, la sanidad al borde del colapso por contagios y muertes incontroladas, el paro en cifras alarmantes, su socio de coalición, Unidas Podemos, al borde del banquillo, unas envenenadas elecciones catalanas en el horizonte y una crisis institucional contra la monarquía, sin precedentes, parece poco probable que sus ministros y diputados palmeros le vuelva a aplaudir en el Congreso, en un acto de caudillismo parlamentario nunca visto. Como dicen destacados dirigentes de la CEOE y de la comunidad científica: «Más que aplausos, este gobierno sólo se merece pitidos».
Pero, gracias a Dios, han vuelto de vacaciones y ellos solitos lo arreglaran todo.

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