domingo, 16 de agosto de 2020

La mala gestión sanitaria

Sera la sanitaria, la personal la llevan de maravilla, el Gobierno está de vacaciones, el Presidente, en el Palacio que Hussein regalo al Rey Juan Carlos y este dono a Patrimonio, el resto descansando por su muy buena labor.
Los europeos, que trabajan más, nos ponen a parir por nuestra mala gestión sanitaria, nosotros a lo nuestro, a la playa.
España, es el país que peor ha gestionado la colaboración con la sanidad privada durante la pandemia de Covid-19, y recibe la peor calificación europea en la gestión por parte del Gobierno de la colaboración de la sanidad privada en la lucha contra la pandemia de Covid-19, según el análisis que un grupo de expertos convocados por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha realizado sobre cómo se ha gestionado en España la aportación y contribución de la sanidad privada en la actual pandemia.

El estado de Alarma provocó que muchos centros privados tuviesen que rechazar a sus pacientes habituales y asociados para dar cabida a enfermos por el coronavirus que finalmente nunca llegaron por estar en zonas de baja incidencia de la pandemia. De esta forma, se cerró la vía de ingresos de estas empresas, no se utilizaron sus recursos ni se permitió acogerse a ERTE por ser un sector esencial. "El fracaso del modelo español ha provocado que ahora mismo esté en serio riesgo la supervivencia de más de 2.400 centros médicos y el empleo de cerca de 60.000 profesionales sanitarios, como empleo directo, y el doble de afectados indirectos, advierten.
Nuestros actuales dirigentes, con su afán desmedido por acabar con lo privado, aunque funcione bien, y cambiarlo por lo público, que no funciona, está desmantelando la medicina privada en aras a un modelo que no tiene, que no sabe cuánto cuesta y del que ignora su eficacia, pero eso si, como son muy socialistas, será público.
El estudio comunitario refleja el "nefasto modelo" implementado en España que "va a poner en peligro a una parte importante del sector sanitario privado". Así, argumenta que, mientras en España cada comunidad "hace lo que considera sin que el Gobierno establezca unas tarifas razonables y homogéneas", en Francia, Alemania y Reino Unido se ha impuesto una fórmula de colaboración en la que prima la salud de la población y la compensación a las empresas para "garantizar un servicio adecuado y el mantenimiento de un sector estratégico y de alto valor añadido".

"Mientras en España la legislación varía de comunidad en comunidad y no existe unanimidad a la hora de fijar criterios ni de salud ni económicos para utilizar todo el potencial del sector privado en la lucha contra la pandemia y garantizar la salud de la ciudadanía, la población reclama una mayor cooperación público-privada. Cerca de 60.000 profesionales y unos 2.400 centros de salud privados agonizan entre 17 burocracias distintas justo cuando el país más necesita una atención sanitaria asequible y de calidad", resalta el informe.
"Ha sido verdaderamente temeraria la ceguera ideológica con la que la Administración Central ha abordado la colaboración con los centros sanitarios privados para luchar contra la pandemia. Por encima de la lucha contra la enfermedad y la atención a los afectados, han estado los prejuicios ideológicos que han impedido optimizar recursos. Esa ceguera bloquea ahora la implantación del necesario sistema de compensación económica por los gastos asumidos por la sanidad privada y puede provocar una catástrofe económica notable. Y lo que es peor: una descapitalización de profesionales y organizaciones que cuesta décadas formar.

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