La gestión más ineficaz

Con lo contentos que estaban Pablo Iglesias, su pareja Montero y su ministra Yolanda Díaz, tras la aprobación de la renta mínima, como lo airearon, se pavonearon, pero se olvidaron de la cruda realidad de la vida y sobre todo de la nefasta gestión de la Administración que ellos codirigen.
El colapso en la administración acaba de llegar a la renta mínima: el Gobierno no ha aprobado ni un 1% (según sus propios datos el 0,5% de las solicitudes).
De las más de 700.000 solicitudes presentadas se le ha dado el visto bueno a 3.966, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá

A las solicitudes aprobadas hay que sumarle la ayuda que el Gobierno abonó desde el primer momento. En cualquier caso, actualmente tan solo cerca de 80.000 familias son las beneficiadas de esta ayuda, muchísimo menos que de lo calculado por el Ejecutivo.
En boca del ministro del ramo, los motivos de estos retrasos son varios. El más preocupante de todos es la importante carga de trabajo que están teniendo los funcionarios de Seguridad Social. Otras causas que tienen paralizadas las ayudas del ingreso mínimo vital son las trabas burocráticas y las convalidaciones con las rentas mínimas ya existentes en las comunidades autónomas.
Y como no, gran parte de culpa también la tienen aquellas solicitudes que «se presentaron muy rápidamente». Según Escrivá, estas «son las más avanzadas en la tramitación» y «parecen tener un porcentaje alto de errores de documentación, que han de subsanarse».
A todo esto, y sin querer hurgar en la herida, a uno le viene a la mente aquella ley de ayuda a la dependencia aprobada ya en tiempos de Zapatero y que por una razón u otra termino en un tremendo fiasco. Con esta empezamos igual, que los solicitantes son muy torpes y presentan fatal las solicitudes.
Al final esta renta mínima estará a la cola de los Presupuestos, de donde se paga, y ya se vera de donde salen los fondos para abonarla.