miércoles, 12 de agosto de 2020

Los más tontos de la clase

Está claro que nuestros políticos andan en otros temas. La mitad del Gobierno preocupado por el paradero del Rey Emérito, que sin duda lo sabe de sobra pero no lo dice, la otra mitad por esa extraña cadena de juicios que se le avecina por la desaparición de una tarjeta de móvil y una serie de fraudes al fisco, que el mismo denuncio estando en la oposición.
Los catalanes acaban de darse cuenta que si el rey Emérito habla, su entrañable antiguo Presidente, Sr. Pujol, tiene menos posibilidades de no ir a la cárcel de que a mi me toque la lotería. Esquerra, su oposición percibe que eso de apoyar el 3% es una apuesta a perdedor y se empeña de salir de futuros pactos y uniones.

Nadie parece darse cuenta que nuestra es la más rezagada de los países ricos empobrecidos por la pandemia, que nuestra actividad retrocedió en julio un 0,63% frente al repunte del 0,93% de los países industrializados, según la OCDE
A mes de agosto, la recuperación de la economía patria, tras el shock del coronavirus, pierde fuelle, lastrada por la debilidad que está manifestando la campaña turística y otros índices de actividad que no acaban de arrancar por dejadez del gobierno.
Mientras la evolución de la economía sigue mejorando para el conjunto de los miembros de la OCDE y de la Eurozona, en el caso español el indicador desciende 0,63 puntos en comparación con el resultado de junio. Lo llamativo no es el volumen de la caída, sino la ruptura que se manifiesta con la tendencia mundial y la amenaza real de que el país quede descolgado en la salida de la crisis.
Una parte importante del freno en las perspectivas económicas radica en la baja confianza de los hogares españoles sobre el entorno actual. El índice de confianza del consumidor sitúa a España en la parte baja del ránking mundial, lejos de nuevo de la media europea y sólo por encima de Estonia, Corea, Japón, Letonia, Eslovenia y Turquía.
La actividad industrial refleja una mejora de la actividad con respecto a mayo, pero también una caída del 14% frente al mismo mes del año anterior. El sector secundario de la economía siguió curando las heridas causadas por la pandemia -en abril, por ejemplo, el retroceso fue del 34% y en mayo del 24%- pero sigue lejos de volver a ser el que era antes del covid.
La peor parte se la lleva la industria de bienes de consumo duradero (-16%) y de bienes de equipo (-17,9%). En la primera se encuentran por ejemplo sectores como el del automóvil, que sufrió enormemente durante los meses de cierre económico y hoy aún palidece por el temor de los consumidores a realizar inversiones importantes.
Algo parecido sucede con el caso de los bienes de equipo, aunque en el terreno puramente empresarial. Las fábricas que usan estos componentes en sus procesos han echado por ahora el freno a sus inversiones mermadas por la caída de la producción y la incertidumbre sobre la evolución económica. Sólo la industria farmacéutica presenta índices de actividad positivos con una mejora del 6,8% con respecto a hace un año.

La OCDE ya señaló a España el pasado mes de junio como la economía más amenazada por el impacto de la pandemia de Covid-19, con una contracción estimada del PIB en 2020 de entre el 11,1% y el 14,4% en función de si se produce o no un rebrote del virus.
De este modo, las perspectivas para la evolución en los próximos meses de la economía española se desmarcan de las del conjunto de miembros del 'think tank' de los países desarrollados, cuyo indicador general ha mejorado hasta los 97,98 puntos desde los 97,04 del mes anterior, lo que equivale a un "fortalecimiento continuado".
Mal andamos y peor con las grescas continuadas de los miembros del “Camarote de los hermanos Marx”, que solo piensan en lo sus, las vacaciones, los juicios, y las autonómicas. los muerto del coronavirus, como dice, el refrán; “Al hoyo”, para lo del “Bollo” ya los tenemos a ellos.

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