Con el paso cambiado.

Ahora, cada domingo, antes o después del partido matinal, la arenga del Presidente. Así no nos aburrimos.

Lo bonito de las mismas es, como dice mi grupo de WhatsApp, que nunca dice nada y cuando lo hace es para tener que desdecirse antes de que acabe el día.

Si retrocedemos al principio de la pandemia vemos sus grandes dudas: ir o no a las manifestaciones, llevar o no mascarillas, darse la mano o el codo, dormir o no con la conyugue, cosas sin duda importantes pero la indefinición las hacía chistosas. 

Esto en lo local pues si se entra en lo internacional  su indefinición se agrava.

Que si hay docenas, cientos o miles de muertos, que si cada Comunidad Autonómica campa a su aire, que lo mejor es enviar a sus adjuntos: Srta. Lastra o Sr. Iglesias, a incendiar el Parlamento poniendo a parir a la oposición, porque en las residencias los mayores se mueren de eso, de la edad, o, con la que está cayendo, pensar, como lo hace algún iluminado  en un levantamiento militar. Así son estos políticos

Cuando parece que la pandemia esta ya controlada, pero no acabada, surge el otro gran tema importante: el económico. Hay que evitar que nuestro gran motor, el turismo, muera.

De entrada, como deseaba y recomendaba la Comunidad Europea, las fronteras se abrirían el 21 de Junio. Nuestro Presidente dijo que no, que el 1 de Julio.  Consultado con la almohada o con sus chamanes de la Moncloa, cambio de decisión. Se abrirán al 21, como indicaba Bruselas, y nuestras playas, para evitar contagios, se cuadricularan todas, en especial las del Mediterráneo, donde las mareas son inexistentes.

Un turista solo en su parcela

Tanto cambio de criterios, de decisiones y de órdenes, ni es bueno para el españolito de a pie, que no sabe a qué carta quedarse y pasa las horas haciendo chistes sobre la inseguridad del Gobierno, ni cara a nuestros socios comunitarios, fuente principal de turistas, en donde, como el Presidente francés aconseja, no deben cerrarse los viajes a España hasta que algún día nuestro ejecutivo se aclare y no continúe, mañana, tarde y noche, cambiando de opinión.