Admito,
Sr. Iglesias que a usted, al igual que sus compañeros de Gobierno, esos de las
sumas y las restas, le cae un poco grande, es de letras y, como decían en mi
juventud, lo de la matemática era solo para los de ciencias, pero memoria, para
lo que quiere, si la tiene y así lo demuestra a menudo en el Parlamento.
Irene Montero y Pablo Iglesias
Para
lo que le molesta no la tiene. Recuerda cuando en el 2013 y 2014 proclamaba a
voz en grito aquello de “La Guardia
Civil… esa institución burguesa que protege los intereses de la clase
dominante. Nosotros hacemos política masculina, con cojones”, que bonito,
con un par de testículos. También arengaba a sus fieles con ideas tan luminosas
como :“Supongo que muchos de vosotros
sabréis perfectamente fabricar cócteles Molotov, de los que incendian y
explotan, sabréis hacer barricadas, que hay que correr en dirección prohibida
de la policía (..) Os estaréis entrenando porque se avecina una crisis terminal
del capitalismo y tendremos que estar preparados para tomar las armas”. Eran otros tiempos.
No
poseía un casoplón en Galapagar que costo su pasta, ni era el diputado que más
ganaba en el parlamento, ni vivía en pareja con su compañera, ni tenía tres
hijos, ni era, como lo es ahora un burgués, alguien de aquella “casta” contra
la que despotricaba entonces
Ahora
es Vicepresidente y su pareja Ministra. Tiene una preocupación, o quizás más,
un caserón envidia de muchos y una cola enorme que se la pisa. Desde hace unos
meses cuenta con una patrulla de la Guardia Civil que vigilan su morada de
Galapagar (Madrid) durante las 24 horas del día. Ahora los
agentes de la Benemérita ya cuentan con su propia garita, que era una de sus
reivindicaciones desde que el pasado mes de octubre el Ministerio de
Interior decidiera poner
seguridad permanente
en la vivienda de lujo de los líderes de Podemos. Al día de hoy, ya no
despotrica contra la benemérita que le cuida y protege, como a la clase
dominante, ¿es usted esa clase dominante?. Que poca memoria, Sr. Iglesias, o
que hipocresía la suya.
Chalet
de lujo del matrimonio Iglesias en Galapagar, custodiado por la Guardia Civil
Vigilar su chalé de Galapagar se ha
convertido en una prioridad para la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
Pero mantener su tranquilidad vital está suponiendo un coste de recursos tan considerable que perjudica a
la seguridad de varios municipios de los alrededores,
a ustedes tortolitos les da lo mismo, que pague el Estado. En su curiosa
protección están destinados muchos de esos agentes de la zona, en su opinión
para detener lo que los suyos hacían cuando empezaron: caceroladas, escraches,
algaradas, evitando con ello cuidar y proteger al pueblo, eso que pregonaba a
bombo y platillo cuando empezó y aun no era rico. Ahora es otra cosa ahora, Sr.
Iglesias, es clase pudiente y como tal las fuerzas de seguridad deben
protegerlo del pueblo, ese pueblo al que usted y su pareja, tanto aman.
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