«El ayer
se ha ido, olvídate de él; el mañana no está aquí, no te preocupes por él; el
hoy está aquí, úsalo.»
Vinkrant
Parsai
Las
tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto, perdonar un
agravio y aprovechar el tiempo
Benjamín Franklin.
Paulina
tiene 50 años, un marido, una madre y una hijita. Vive en un piso de 45 metros
cuadrados y es limpiadora del HUCA. Desde que se inició el estado de alarma su
vida cambió radicalmente. Ahora su periodo laboral va de siete de la tarde a tres de la
madrugada. Por razone sanitarias cada miembro de la familia duerme en
habitaciones separadas. A ella le toco el sofá de la entrada.
Cuando
llega de noche se ducha, se tumba en el sofá, toma una pastilla de Ramelteon,
prescrita y por el Dr. Álvarez, jefe médico de su planta, e intenta dormir y
olvidarse de lo vivido ese día.
Hoy llego
y el sofá en el que duerme no estaba. Ni tenía ganas de protestar ni de
preguntarse la causa. Saco del trastero la colchoneta hinchable, trago la
pastilla y se tumbó.
Antes de
olvidarse del mundo le vino a la mente cierta canción Centroamericana “Anoche
dormí en el suelo, dormí en el suelo teniendo cama. Por ese guaro maldito,
guaro maldito, guaro de caña.” Lo mío no era el guaro era…., y se durmió.
Despertó
legañosa y, como de costumbre, con la espalda hecha polvo. A contra luz Juan,
su marido, y Borja, el vecino de enfrente, la miraban con algo en las manos.
—Venga holgazana que hoy es tu
cumpleaños. Tienes que soplar las velas—
Era
verdad, hoy tenia 51pero, como gritaba mi mente, no tenía sofá.
Me
confundí. Como salido de la nada estaba allí, parecía más nuevo. Más mullido.
—Perdona el problema, seguía Juan,
Borja pensó hacer arreglar el sofá para tu cumpleaños y además en vez de
cantarte y aplaudirte por tu labor, regalarte una cama, así estarás más cómoda—
—Hubo un pequeño problemilla con la
distribución y llego esta mañana. Debes perdonarnos. —
Por fin
hacía sol, los muertos por el Covid-19
estaban a 0. Tenía nuevo sofá y una cama. Era Junio, el sábado mi madre
podría salir a la calle y a lo mejor, si el Gobierno no siguiese mintiendo y metiendo
la pata, tendríamos verano.
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