domingo, 7 de junio de 2020

El sofá (Mr.2)

«El ayer se ha ido, olvídate de él; el mañana no está aquí, no te preocupes por él; el hoy está aquí, úsalo.»
Vinkrant Parsai
Las tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo
 Benjamín Franklin.

Paulina tiene 50 años, un marido, una madre y una hijita. Vive en un piso de 45 metros cuadrados y es limpiadora del HUCA. Desde que se inició el estado de alarma su vida cambió radicalmente. Ahora su periodo laboral  va de siete de la tarde a tres de la madrugada. Por razone sanitarias cada miembro de la familia duerme en habitaciones separadas. A ella le toco el sofá de la entrada.
Cuando llega de noche se ducha, se tumba en el sofá, toma una pastilla de Ramelteon, prescrita y por el Dr. Álvarez, jefe médico de su planta, e intenta dormir y olvidarse de lo vivido ese día.
Hoy llego y el sofá en el que duerme no estaba. Ni tenía ganas de protestar ni de preguntarse la causa. Saco del trastero la colchoneta hinchable, trago la pastilla y se tumbó.
Antes de olvidarse del mundo le vino a la mente cierta canción Centroamericana “Anoche dormí en el suelo, dormí en el suelo teniendo cama. Por ese guaro maldito, guaro maldito, guaro de caña.” Lo mío no era el guaro era…., y se durmió.
Despertó legañosa y, como de costumbre, con la espalda hecha polvo. A contra luz Juan, su marido, y Borja, el vecino de enfrente, la miraban con algo en las manos.
         —Venga holgazana que hoy es tu cumpleaños. Tienes que soplar las velas—
Era verdad, hoy tenia 51pero, como gritaba mi mente, no tenía sofá.
Me confundí. Como salido de la nada estaba allí, parecía más nuevo. Más mullido.
         —Perdona el problema, seguía Juan, Borja pensó hacer arreglar el sofá para tu cumpleaños y además en vez de cantarte y aplaudirte por tu labor, regalarte una cama, así estarás más cómoda—
         —Hubo un pequeño problemilla con la distribución y llego esta mañana. Debes perdonarnos. —
Por fin hacía sol, los muertos por el Covid-19  estaban a 0. Tenía nuevo sofá y una cama. Era Junio, el sábado mi madre podría salir a la calle y a lo mejor, si el Gobierno no siguiese mintiendo y metiendo la pata, tendríamos verano.

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